Una tarde de sorpresas en el Hospital de Niños

Con globos, peluches y golosinas para 60 chicos, 9 payasos hicieron el viaje desde Magdalena para regalarle a los pacientes del Hospital de Niños una tarde llena de sonrisas y emoción.

Oficialmente todavía no tienen un nombre para su grupo, pero “Los Payasos Locos” va cobrando fuerza entre los integrantes. “Estamos locos si nos venimos desde Magdalena”, se ríe Paula Marossi, entre los autos estacionados sobre la calle 14 frente a la entrada del Hospital Sor María Ludovica.

Mientras acomodan sus pelucas, sus compañeros alinean narices, ajustan cordones en zapatos gigantes y se aseguran de que todos los regalos estén a mano y bien organizados, momentos antes de entrar marchando por la puerta de la Guardia Médica sobre calle 66.

La comitiva de 9 adultos enfundados en disfraces de vivos colores y telas brillantes despierta enseguida la atención de adultos y niños por igual en la sala de espera, y los payasos no escatiman sonrisas ni alguna que otra caricia al pasar.

Pocos minutos después, irrumpieron en una de las salas del segundo piso y el mundo se pone patas para arriba para todos los niños de la habitación, que no dan crédito a sus ojos mientras los payasos van de cama en cama repartiendo golosinas, peluches, juguetes y globos.

PROFUNDA EMOCION

Cada nene recibe una bolsita de regalo, un mimo, una caricia y unas palabras dulces. Apenas pueden hablar de la emoción pero las sonrisas en sus rostros son la señal más clara de cuanto significa para ellos la visita.

“Un día vine a ver a mi ahijado al Hospital”, cuenta Raúl Capone, un poco el cabecilla del grupo y primer promotor de la idea. “Me crucé con alguien que estaba vestido de Batman o Súperman, y cuando le pregunté, me respondió que era jueves, o viernes, ya no recuerdo, pero que ese día tocaba vestirse de superhéroe”.

Capone dice que el encuentro lo dejó pensando, hasta que se planteó una pregunta fácil de responder: “Si ellos con su enfermedad la pelean, ¿como no la vamos a pelear nosotros?”

“Superhéroes no somos, pero dijimos ¿por qué no nos ponemos una nariz, una peluca y arrancamos?”, agrega Marossi.

Por distintos medios hicieron la invitación a los vecinos de Magdalena para que el que quiera se sume a participar o colaborar con juguetes, ropa, golosinas y demás cosas que pueden llegar a necesitar tanto los chicos internados, como sus padres.

“NO RECIBIMOS DINERO”

María Francisca, la esposa de Capone, aclara que “acá no se recibe plata, el que quiera colaborar que traiga elementos”. Una semana antes de cada visita, esta es la tercera que realizan, se juntan en su casa y clasifican las donaciones, separándolas por tipo, tamaño, destino, etc.

Esta vez, el aporte de los vecinos de Magdalena alcanzó para armar regalos para 60 chicos, y el pasado 2 de abril, el grupo trajo suficientes obsequios para visitar 7 salas.

“Los nenes nos traen sus juguetes para colaborar” dice Capone, visiblemente emocionado mientras describe que los chiquitos de la localidad lavan sus propios juguetes para regalarlos y realizar su aporte.

NUEVOS PROYECTOS

Una vez al mes, cada feriado que puedan, este grupo de “Payasos Locos” piensa repetir una y otra vez sus visitas. “Y si tenemos oportunidad de ir a otro hospital nos encantaría”, dicen.

Como ellos, cientos de voluntarios visitan las salas del Hospital de Niños rompiendo la monotonía del día para los pacientes y sus familias. A veces son payasos, otras cuenta cuentos. Llevan golosinas, juguetes, torta, chistes, charlas y música y la mayor parte del tiempo permanecen injustamente en el anonimato.

Esta vez, fueron María Francisca, Raúl, Pablo, Paula, Enrique, María, Daniel, Carlos y Damián, quienes se transformaron en payaso y le pusieron color y magia al feriado del lunes, en el que los chicos disfrutaron de un momento diferente, en las distintas salas del hospital de 14 entre 65 y 66.