Crecen los rumores sobre una invasión Saudita a Yemen

Un vocero de una milicia informó hoy que el primer grupo de soldados de élite de Arabia Saudita desembarcó en Yemen, pero más tarde, tras la desmentida pública de Riad, se desdijo y afirmó que eran tropas yemeníes

En medio de una guerra interna cada vez más compleja y violenta, un vocero de una milicia pro gubernamental informó hoy que el primer grupo de soldados de élite de la coalición militar liderada por Arabia Saudita desembarcó en Yemen, pero más tarde, tras la desmentida pública de Riad, se desdijo y afirmó que son tropas yemeníes entrenadas en la potencia vecina. El anuncio inicial lo hizo Ali al Ahmed, vocero de Resistencia Popular, una milicia del sur de Yemen que busca reinstalar al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, y casi de inmediato el gobierno de Arabia Saudita lo desmintió y reiteró que la ofensiva militar que lidera hace casi un mes y medio no incluye soldados en el terreno. 

Al Ahmed había informado que un contingente de varias decenas de soldados de élite "árabes" habían ingresado al convulsionado país para ayudar a los combatientes de la milicia Resistencia Popular, que desde hace semanas controlan el norte del aeropuerto de Adén, pero no logran avanzar. Según explicó Al Ahmed los soldados de élite de alguno de los países de la coalición de nueve naciones árabes buscan dar un impulso a los milicianos pro gubernamentales yemeníes para que puedan avanzar sobre el sur del aeropuerto y, eventualmente, sobre el importante puerto de esa ciudad. 

Unas horas después de la desmentida de Arabia Saudita, el mismo vocero de la milicia yemení, se desdijo y explicó que las que llegaron hoy a Adén, vistiendo uniformes distintos y operando con mucha profesionalidad, son "fuerzas yemeníes de elite elegidas en coordinación con las fuerzas de la coalición", que se habían ido a la potencia vecina a entrenarse. 

Hace años que Yemen vive una situación política muy precaria, sin embargo, desde que comenzó el conflicto entre el movimiento rebelde de los hutíes y el gobierno del presidente Hadi el país se encuentra en una espiral de violencia que amenaza con hundirlo en una guerra civil. En septiembre pasado los hutíes lograron tomar la capital, Sanaá, y forzaron a Hadi a refugiarse en Adén, la ciudad portuaria del sur del país, que representa el punto de mayor importancia geoestratégica para las potencias internacionales. Adén controla un paso estratégico que conecta el mar Arábigo con el mar Mediterráneo, a través del Canal de Suez, y desde una visión más amplia, el océano Atlántico norte con el océano Índico.

El 19 de marzo pasado los hutíes comenzaron su ofensiva contra Adén y el último refugio del presidente Adén, y cuando éste parecía acabado, Arabia Saudita y otros nueve países de la región lanzaron una ofensiva militar por aire y agua para sacar del país al mandatario y hacer retroceder a los rebeldes yemeníes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el comienzo de esta ofensiva regional contra los rebeldes hutíes, cerca de 1.250 personas murieron en Yemen y más de 5.000 resultaron heridos.  

Hace poco más de una semana, Riad dio por terminada la "primera fase" de la intervención militar contra los hutíes en Yemen. Aún no está claro cómo será la segunda etapa ya que los bombardeos aéreos se intensificaron, especialmente en la capital, Sanaá, y los rumores sobre una inminente invasión terrestre se hacen más fuertes con el pasar de los días. Pese a ello, el vocero de la coalición árabe, el oficial saudita Ahmed al Asiri, rechazó que sean soldados extranjeros los que están peleando junto a las milicias pro Hadi para recuperar el aeropuerto de Adén, aunque, nuevamente, dejó la puerta abierta a una eventual invasión terrestre. 

Poco han afectado a Riad o a sus aliados regionales e internacionales, como Estados Unidos y Europa, las reiteradas manifestaciones masivas en Sanaá a favor a de los rebeldes hutíes, la última el miércoles pasado, o las reiteradas denuncias y pedidos de alto el fuego de organizaciones humanitarias, de derechos humanos y la ONU. 

La denuncia más reciente se conoció hoy a través de un comunicado de Human Rights Watch. La organización denunció que la coalición árabe liderada por Riad lanza bombas de racimo contra población civil. Este arma fue prohibida por una convención internacional en 2008, sin embargo, ni Arabia Saudita ni Estados Unidos ratificaron ese acuerdo. "Esas armas no deben usarse bajo ninguna circunstancia, pero los bombardeos liderados por Arabia Saudita con bombas de racimo golpearon zonas cercanas a pueblos, poniendo en peligro a la población local", denunció Steve Goose, representante de Human Rights Watch.

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