Rehenes de la calle

La calle. Ese vasto y muchas veces intangible territorio en el que transcurre gran parte de la vida en sociedad. La calle. El pulso del ánimo ciudadano con sus alegrías, broncas y tristezas. La calle. Ese ámbito compartido sin distinción de clases, en el que también se escribe la historia ciudadana.

Hoy, la calle, sin embargo, se ha transformado en una suerte de espacio sin dueño y sin orden en el que todos se sienten con derecho a tomar de rehenes a sus vecinos para dirimir cualquier cuestión.

Desde hace casi una semana un conflicto entre privados corta al medio el corazón de la Ciudad y transforma a miles de ignotos transeúntes en rehenes de una disputa que no les pertenece.

Comerciantes que ven pasar las horas con el tránsito cortado frente a sus negocios, y sin un cliente a quien atender. Micros, taxis y vehículos particulares desviados como sea y por donde se pueda. Generar caos como elemento de presión para conseguir un fin a cualquier precio.

Todo suma para acrecentar la impotencia de los ciudadanos curtidos en el convencimiento de que en ese “viva la pepa” del descontrol callejero sólo gana aquel que atiende su juego sin mirar para el costado.

Triste realidad de estos tiempos electorales en los que cientos de candidatos sonríen desde las pantallas prometiendo un futuro venturoso. Tal vez, sólo tal vez, deberían aplicar el sentido común, arremangarse y ponerse, de una vez, del lado de la gente.

Calle
Ciudad

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE