Deben revisarse una vez más las medidas de prevención frente a salideras bancarias

Una vez más se registró en nuestra zona una salidera bancaria que, en esta oportunidad, se ensañó con un abogado al que le robaron una fuerte suma de dinero que había retirado de un banco cercano. Por las implicancias y connotaciones que acompañan a este tipo de episodios corresponde, antes que nada, reclamar de las autoridades policiales y bancarias la toma de todas aquellas medidas que impliquen una mayor seguridad para las personas que extraen dinero de los bancos.

Como se sabe, esta modalidad delictiva tiene en la Región, como antecedente cercano y resonante, el asalto que sufrió el 29 de julio de 2010 la mujer platense Carolina Píparo, que se encontraba embarazada y a quien le dispararon cuando llegaba a su casa luego de haber retirado dinero de un banco. Poco después alcanzó a dar a luz a un bebé, que murió una semana más tarde. Su caso conmovió al país y puso en debate a la seguridad bancaria, impulsándose a partir de allí el sistema de las mamparas y otras modificaciones tendientes a proteger de la vista de terceros las operaciones en las distintas cajas y ventanillas.

Cabe señalar que se registraron luego robos similares en nuestra zona -como el ocurrido contra otra joven madre en Berisso en 2013-, aún cuando el asalto de mayor magnitud tuvo lugar hace menos de un mes cuando una jubilada de La Plata sufrió una violenta salidera bancaria, en la que le robaron más de un millón de pesos, que había cobrado por un seguro de vida. Según se informó, un empleado del banco le habría pedido que informara con anticipación la fecha en la que acudiría a buscar el dinero.

En el episodio ocurrido ahora, se indicó que después de realizar la extracción, el abogado estuvo durante casi una hora en un estudio del barrio de Tribunales, se retiró luego y al subir a su auto fue interceptado por dos delincuentes que lo encañonaron y secuestraron. La crónica detalló que lo obligaron a manejar hasta la localidad de Olmos, donde los delincuentes huyeron en otro vehículo que los estaba esperando. Lo único que se llevaron fue el maletín en el que la víctima guardaba una voluminosa suma de dinero. Afortunadamente, el abogado no sufrió ningún tipo de daño físico.

Es evidente que debería volver a revisarse a fondo el tema de la seguridad que rodea y connota a las operaciones bancarias de extracción de dinero. Las autoridades debieran analizar la toma de todas aquellas medidas de prevención que apunten a disminuir, en forma drástica, la posibilidad de que se cometan salideras bancarias, entre ellas la de que se acentúen las campañas de concientización para alertar a la gente.

Los casos que siguen registrándose dejan la penosa sensación de que los avances que se registraron en estos años han sido escasos, frente a una delincuencia que aparece cada vez mejor preparada y organizada. Es justificada, entonces, la sensación de que un delito de esas características puede volver a pasar en cualquier momento, especialmente cuando son grandes las sumas de dinero involucradas en las operaciones bancarias.

Corresponde, entonces, que las autoridades policiales -pero también los organismos de la justicia y otros estamentos públicos, así como la sociedad toda- breguen en conjunto para que se reduzcan estas actividades delictivas, estimuladas no sólo por la astucia con que son ideadas y ejecutadas, sino, en muchas oportunidades, por el desconocimiento y la ingenuidad de las víctimas.