Wes Craven: Adiós al hombre que reinventó el terror

El cineasta, de 76 años, falleció en la madrugada, hora que dominó con sus sagas de Freddy Krueger y “Scream”

El reconocido cineasta estadounidense Wes Craven, un maestro del cine de terror, falleció este domingo a los 76 años en Los Angeles a consecuencia de un tumor cerebral, una muerte que deja huérfano al icónico Freddy Krueger, personaje que atormentó en sueños a una generación.

El anuncio de la desaparición del realizador fue confirmado ayer en su cuenta oficial de Twitter con una fotografía en blanco y negro del artista en la que se podía leer su nombre, el año de su nacimiento (1939) y el de su defunción (2015).

Durante más de 40 años de carrera, Craven dirigió más de una veintena de filmes entre los que destacaron dos sagas, “Pesadilla en la Calle Elm” y “Scream”, con las que aterrorizó a los jóvenes de las décadas de 1980 y 1990.

Su formación académica en filosofía, literatura y psicología le llevó a ejercer como profesor de Humanidades en la Universidad de Clarkson, en Postdam (Nueva York) antes de dejarlo todo para seguir su vocación cinematográfica y perseguir los horrores escondidos en la psique. Craven no lo tuvo fácil. Fue taxista antes de lograr meter la cabeza en una productora neoyorquina donde le dieron trabajo como editor de sonido y, lo que era más importante para él, la oportunidad de poder luchar por dedicarse a contar historias en la gran pantalla.

“Acepta el primer trabajo que puedas en el sector en el que quieras entrar. El empleo (en sí) no importa, poner el pie en la puerta sí”, dijo el artista que estrenó su primera película como director y guionista en 1972, “The Last House on the Left”. Luego vendrían “The Hills Have Eyes”, otra historia de miedo que vio la luz en 1977 a la que siguió “Deadly Blessing” (1981), “La cosa del pantano” (1982) e “Invitation to Hell” (1984). Aquel mismo año estrenaría la primera parte de la saga de Kruger, el asaltador de sueños que terminaría marcando el género de terror durante las décadas posteriores: fueron cinco películas y hasta una serie de tevé.

Craven, no obstante, solo dirigió la primera de las pesadillas de Krueger, de la que escribió el guión, y también fue el autor de la historia de la tercera parte, pero apenas se involucró en el resto de las cintas.

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Todo lo contrario ocurrió con “Scream”, su otra joya taquillera en la que un grupo de amigos aficionados al cine de terror comienzan a ser ejecutados por un misterioso asesino vestido con una túnica negra, capucha y una máscara calavérica con la boca abierta de par en par.

“Scream” debutó en 1996, en un momento donde el terror parecía perder pisada en las boleterías: pero con la saga dio un giro posmoderno al género y, así, captó la atención de los jóvenes por el horror. El furor por el terrpr en la pantalla grande revivía: una tendencia que sigue en alza hasta nuestros días.

En el largometraje no faltaba el sentido del humor, una de las marcas del horror de Craven, que se divertía jugando con el género. Y “Scream” también mostró la capacidad de reinventarse del director, que, como afirmó el referente del terror en la actualidad, Jason Blum (“Actividad Paranormal”), dejó una huella durante “múltiples décadas de cinematografía” y a “múltiples generaciones de fans del terror”.

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