El triste adiós a Aylan y su hermano en Siria

Abdullah Kurdi (40), el inmigrante sirio que sobrevivió a un naufragio durante una travesía desesperada de Turquía a Grecia, enterró ayer a su esposa Rehan (35) y a sus dos hijos -Aylan de tres años, y Galib, de cinco- en su ciudad natal de Kobani, en la región kurda siria desgarrada por la guerra de la que la familia había huido.

El papá de Aylan abandonó sus planes de dejar su país. “Quería ir a Europa por el bien de sus hijos”, afirmó su tío Suleiman Kurdi. “Ahora que han muerto, quiere quedarse aquí en Kobani con ellos”. La imagen del cuerpo sin vida del pequeño Aylan en una playa turca atrajo las miradas del mundo a la ola de inmigración impulsada por la guerra y las privaciones.

Los tres cuerpos fueron transportados en avión a una ciudad turca fronteriza con Siria desde la cual coches fúnebres con escolta policial los llevaron a Kobani. Legisladores turcos acompañaron a Abdullah Kurdi hasta Kobani. El padre de Aylan agradeció a las autoridades turcas su ayuda y declaró estar “muy triste”. “Como padre que ha perdido a sus hijos, lo único que quiero es que se acabe este dolor y se acabe la guerra en Siria”, manifestó

Decenas de personas conmovidas por las trágicas muertes se agruparon en torno de los cuerpos cuando los tendieron en la tierra seca y yerma del Cementerio de los Mártires. Las paladas de tierra alzaron nubes de polvo.

El cuerpo de Aylan apareció en una playa turca poco después de naufragar el bote de goma en el que viajaba con su familia rumbo a la isla griega de Kos. Vestía zapatillas, pantalón corto azul y remera roja. En total, 13 inmigrantes murieron ahogados frente a la costa turca de Bodrum ese día.

La ruta entre Bodrum, en Turquía, y Kos, a sólo unos pocos kilómetros, es una de las más cortas entre Turquía y las islas griegas, pero sigue siendo peligrosa. Cientos de personas al día tratan de cruzarla a pesar de los riesgos bien conocidos.

Abdullah Kurdi dijo que la embarcación sobrecargada volcó momentos después de que el capitán, que fue descripto como un hombre turco, entrara en pánico y abandonara el barco, dejando a Abdullah como capitán “de facto” de un pequeño bote superado por un mar agitado.

En un comunicado policial, filtrado después a la agencia de noticias turca Dogan, Abdullah Kurdi dio un relato diferente, negando que haya habido un traficante de personas a bordo. Sin embargo, los contrabandistas a menudo instruyen a los inmigrantes que si son detectados, deben negar su presencia.