Arias Uriburu: “los hijos no son una propiedad”

“Los hijos no son propiedad de ninguno de sus papás: los adultos tenemos que aprender a resolver nuestros conflictos haciendo a un lado nuestros intereses para pensar en su favor”, dice Gabriela Arias Uriburu, quien ayer visitó La Plata para compartir su dolorosa historia de vida y lo que ésta le permitió aprender.

La historia de Gabriela, como muchos recordarán, fue tapa de todos los diarios argentinos en 1997 cuando, seis años después de casarse en Guatemala con un diplomático jordano y tener tres hijos con él, su ex marido se llevó ilegalmente a los niños a su país natal para radicarse allí.

Separada a la fuerza de sus hijos no sólo por miles de kilómetros sino por una cultura y un sistema legal distinto al occidental, Gabriela se encontró de la noche a la mañana ante la disyuntiva de enloquecer de dolor e intentar un contrasecuestro con riesgo para su vida, o bien transformar su desesperación en un camino posible de revinculación con sus hijos, Karim, Zahira y Sharif.

Tras años de dura pelea, Gabriela logró llevar su caso a los foros internacionales, consiguiendo importantes avances en materia de legislación y tratados más allá de su propia conflictiva personal, se convirtió en un referente mundial en la lucha por los Derechos del Niño y logró restablecer el vinculo con sus hijos, pese a que éstos siguen viviendo en Jordania y practican la fé del Islam.

“Fueron más de quince años de vivir bajo presión para reestablecer mi historia con mis hijos y alcanzar una resolución al conflicto que fuera beneficiosa, no para mí sino para ellos. Y eso lo conseguí gracias a una gestión del Estado a la que agradezco infinitamente, pero también gracias a que, como mamá occidental, pude ponerme en un lugar de responsabilidad evitando ejercer una violencia aun mayor a la que ejercieron contra mí”, cuenta Gabriela, quien creó una fundación para asistir conflictos similares al que le tocó vivir.

Referente a nivel mundial en Derechos de los Niños y una asidua conferencista convocada por organizaciones, empresas y municipios para compartir su experiencia, Gabriela fue invitada por el Instituto de Políticas Públicas de La Plata para brindar una charla en la sede de la Federación de Mayoristas y Proveedores del Estado.

Aunque reconoce que en los últimos años muchas leyes en Argentina incorporaron el “interés superior del niño” como un principio rector, Gabriela sostiene que ese cambio de paradigma sigue sin ser asumido por la sociedad. “No sólo muchos adultos siguen poniendo a sus hijos en medio de sus conflictos de pareja sino que muchos jueces tampoco sancionan a los padres que obstruyen el vínculo con el otro o manipulan a los chicos en su favor”.

“Lo primero que uno debe tener presente cuando atraviesa una ruptura de pareja o una confrontación es que esto siempre trae aparejado un duelo, que ese duelo genera sentimientos feos y que va a durar un tiempo. Recién cuando uno reconoce eso puede poner freno a ese diálogo interior violento y doloroso, dejar de victimizarse o echarle la culpa al otro para ponerse en un lugar de responsabilidad”, explica Gabriela.

“Es un proceso largo y difícil -agrega- pero sólo es posible resolver los conflictos en favor de los hijos cuando uno se ubica como adulto responsable capaz de dejar a un lado su propia bronca y su dolor”.