Halloween, una fiesta importada que gana protagonismo
| 31 de Octubre de 2016 | 01:36

Por estos días muchos andan en busca de cuchillos de plástico, máscaras ensangrentadas, sombreros negros puntiagudos, dientes de drácula. Más que en otras épocas, abundan las madres que pasan tiempo inclinadas sobre retazos de telas, entregadas a la confección de “escalofriantes” disfraces, que sus hijos esperan con ansias el momento de usar.
Para alegría de algunos y pesar de otros, la celebración de Halloween gana protagonismo año a año. Mientras los detractores acusan de “hacerse los yanquis” a quienes se suman al festejo, otros encuentran una buena oportunidad para disfrazarse, juntarse con amigos y pasar un momento divertido.
Internacionalmente, y a modo oficial, Halloween se celebra el 31 de octubre. Aunque en la práctica los festejos se distribuyen en toda la semana, con los sábados y domingos que la enmarcan incluidos. Pronto, seguramente, la industria del marketing y del comercio decidirá convertir a octubre en “el mes de Halloween”, para sumarlo al “de la madre”, “del padre”, “del amigo”.
“La noche de brujas” es una combinación de dos fiestas: la pagana conmemoración celta que celebra la cosecha y el inicio de un nuevo año y el Día de Todos los Santos cristiano, que celebra a los muertos que superaron el purgatorio y fueron santificados. De hecho, Halloween significa “All hallow’s eve” (“víspera de todos los santos”, en inglés antiguo).
Estados Unidos fue la primera región en apropiarse de la celebración. Fueron ellos quienes popularizaron el famoso “Trick or tret” (dulce o truco) a través de sus películas y publicidades.
En Argentina, fueron los barrios cerrados y los countries los encargados de “importarla”. Incluso, muchos siguen las formas del festejo norteamericano: los chicos recorren las casas del vecindario recolectando golosinas. Amparados en la “seguridad” de conocer a los vecinos y en la -prácticamente- nula circulación de autos.
Poco a poco, la celebración fue cruzando los límites de los barrios privados para instalarse también en la clase media. La consigna: reunirse, comer y tomar algo, contar historias de miedo o ver películas de terror. El disfraz figura como requisito fundamental.
La celebración fue cruzando los límites de los barrios privados para instalarse también en otros ámbitos
Si bien actualmente la celebración tiene mayor convocatoria entre los chicos, año a año aparecen propuestas que incluyen a la familia entera.
También los adolescentes se enganchan con los festejos. Es la excusa perfecta para las fiestas de disfraces y algunos boliches aprovechan la oportunidad para ofrecer algo distinto a lo habitual.
Según la mitología urbana, el 31 de octubre es un día especial para quienes practican magia negra o brujería. La razón es que en esta fecha se abriría la puerta al mundo de los espíritus y los “poderes satánicos” alcanzarían los niveles más altos.
Diversas investigaciones sobre ocultismo, señalan que en Irlanda, Estados Unidos y en varios países de Hispanoamérica se realizan misas negras y diversos cultos espiritistas en esta fecha.
Ojo con los gatos negros
En este sentido, quienes creen en esos rumores recomiendan a los dueños de gatos negros que no los dejen salir de sus casas porque correrían riesgo de ser robados para cultos satánicos.
Otro mito en la misma dirección sostiene que el gato negro es el disfraz más elegido por las brujas para pasearse por la ciudad y pasar desapercibidas. Por eso los supersticiosos creen que traen mala suerte, especialmente el día 31. La buena noticia es que retrocediendo siete pasos, el hechizo del encuentro quedaría anulado.
Si el disfraz de gato es el preferido entre las brujas, en el Estados Unidos actual, las máscaras con expresiones de Trump son las que más resultan para asustar: figuran entre las más vendidas en Haloween.
Hallowen en La Plata
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE