Ciencia y fútbol: la biología se mete al arco para atajar mejor
| 23 de Noviembre de 2016 | 02:15

Deportista amateur de toda la vida y científico de profesión, Sergio Vizcaíno encontró la forma de unir sus dos grandes pasiones en una misma actividad. Desde hace cuatro años, este doctor en biología e investigador del CONICET utiliza su formación en biomecánica y anatomía funcional para enseñarle a nuevas generaciones de arqueros cómo valerse de su cuerpo para llegar más lejos, reaccionar más rápido y sacar pelotazos destinados a ser gol.
“Aunque toda mi vida hice deportes, al acercarme a los 50 quise formarme como arquero para jugar en el fútbol amateur y conocí a Leandro Cortizo, que había jugado profesionalmente en Italia y creado el Centro de Entrenamiento Formativo para Arqueros. Cuando empezamos a entrenar vi que podía aportar mis conocimientos científicos para mejorar no sólo mi performance sino la de los arqueros en general”, cuenta Sergio, quien hoy compartirá su experiencia en una charla abierta organizada por el CONICET. (ver aparte).
“Soy paleontólogo, biólogo de formación y me dediqué al estudio de la biomecánica y la ecomorfología, que tienen que ver con el rol de los organismos en el ambiente en base a sus características anatómicas. Pero por otro lado, siempre me gustó la técnica del deporte y estoy atento a cuáles son las especificaciones que se dan para que determinados deportistas sean mejores que otros. Cuando aparece un `fuera de serie` es porque hay alguna variable fisiológica o mecánica que lo hace distinto”, explica el investigador.
LLEGAR O NO LLEGAR
Como señala Vizcaíno, “la diferencia entre llegar o no llegar a una pelota difícil puede limitarse muchas veces a un gesto técnico: la posición del pie”.
La diferencia entre llegar o no llegar a una pelota difícil -sostiene Vizcaíno- puede limitarse muchas veces a un gesto técnico: la posición del pie
“Si el disparo va a la derecha, el arquero debe apuntar el pie derecho para interceptar a noventa grados la trayectoria del balón. De esa forma la contracción de los músculos de la pierna logran la mayor eficiencia al impulsar el cuerpo. Además debe lanzarse haciendo una trayectoria recta, nunca una parábola. Y tiene que extender los dos brazos, no uno solo. ¿Por qué? Porque aunque los brazos tienen relativamente poca masa, con buena aceleración aumentan el impulso de las piernas. Es como una bala. Si va a muy poca velocidad, quizás lastima, pero si logra la mayor velocidad, es letal”, detalla el biólogo.
En el salto, en cambio, “el movimiento más efectivo es levantando una rodilla. Algunos se lo enseñan al arquero para defenderse de los rivales, pero técnicamente es correcto para aumentar el despegue. Hay arqueros que, como no son muy altos, se impulsan con las dos piernas hasta tocar la cola con los talones, lo que no está mal. Pero eso requiere de mucha práctica para que el contrapeso del cuerpo no lleve al jugador hacia adelante”, señala Vizcaíno al mencionar que “esa es la forma en la que salta Cristiano Ronaldo para cabecear”.
“En la alta competencia la diferencia entre lanzarse correctamente o intuitivamente separa una atajada de un gol”, sostiene Sergio, para quien “la técnica ocupa un lugar cada vez mayor en el fútbol de hoy”.
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