La R es de A1

Frente a un estadio ferviente, Reconquista demostró el carácter que desplegó en cada encuentro de la fase regular y pudo derrotar a un duro Banco Provincia por 72 a 56 en partido sumamente friccionado. Desde el salto inicial, los roces, los golpes y la tensión se hizo sentir sobre calle 41. Con estas características en el juego, los dirigidos por Mariano Pinto, supieron sacarle provecho a las circunstancias y consiguieron el triunfo que los mantiene por una nueva temporada en la máxima categoría del básquet platense.

Luego de un primer cuarto en el que ninguno pudo imponer su idea sobre el terreno de juego, el anfitrión, de la mano de Mariano Ibáñez, aprovechó el porte físico y, mediante una buena defensa aguerrida, sacó una ventaja de dos dígitos que mantuvo a lo largo de los 40 minutos. Por momentos, Banco mostró destellos de juego colectivo pero los lanzamientos de tres le fueron esquivos y no pudo consolidar la remontada.

En el dueño de casa, Mariano Ibáñez fue el máximo anotador con 17 unidades y lo siguieron Basilio Borchenn con 14 tantos y Pablo Giorgetti con 12 conversiones. En la visita, Santiago Hermida se destacó con 20 puntos pero no fueron suficientes para alcanzar a su rival.

En el otro cotejo de la noche del miércoles, Capital Chica venció a Atenas B por 90 a 94 en tiempo suplementario y estiró la serie al último juego. El local logró una diferencia de más de dos dígitos que la visita pudo revertir para arribar a la recta final emparejados. Tras igualar en 78 en el tiempo regular, los de Ivan Paolazzi impusieron su físico y se quedaron con el triunfo. Julián Amiera y Lautaro González fueron las figuras del Verde al anotar 24 unidades cada uno.

Mariano Pinto: “En el corazón estuvo la clave”

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Sufrieron mucho pero lograron el objetivo, ¿cómo lo viviste?

Como una final, con mucha pasión porque fue una serie durísima. Nos sorprendieron allá en Banco, que tuvieron una efectividad enorme y jugaron con un orden muy bueno. Hoy nosotros hicimos lo que te teníamos que hacer. Salimos con intensidad y pudimos hacer nuestro juego en casa. Esta temporada fuimos duros, lo demostramos y pudimos cerrar un año en la A1 cuando al principio era muy difícil pensar que Reconquista iba a poder estar donde estamos y, sin embargo, lo pudimos lograr por la entrega de estos chicos.

Ganaron una serie que se les volvió difícil en el tercer partido, ¿fue como lo habían esperado?

Si, estos partidos son así. El que viene de la A2 no tiene nada que perder, o sea que tiene todo por ganar y nosotros tenemos todo por perder. Entonces la mochila es nuestra y por eso tuvimos que manejar esa ansiedad tras ganar el primer juego. Y después tuvimos que ir allá a arrancarlo en un buen inicio, no se pudo ganar y tuvimos que entrenar mucho, barajar y dar nuevo para corregir algunos errores tácticos y la verdad que lo pudimos sacar bien.

¿Cómo se hace como entrenador para manejar esa ansiedad?

Es difícil pero bueno, hay que trabajar mucho, son muchas horas de cancha, no hay que remarcarles mucho el error porque los jugadores son de primera división y saben cuando y en donde se equivocan. Hay que venir a la cancha a trabajar, no queda otra, hay que seguir porque la serie continua, mientras hay serie hay vida entonces hay que trabajar hasta el final. Hay que reproducirles el sentimiento de lucha pero sin descuidar lo táctico y pensar, diagramar, para seguir anulando cosas que sirvan para cerrar circuitos de ellos.

¿Pudieron reproducir la idea de juego en la cancha hoy?

Nosotros lo pudimos hacer hoy en el primer tiempo y ellos anotaron ocho puntos en el primer cuarto, entonces eso te da la pauta de lo que fuimos, fuimos muy intensos. Arrancamos atados en ofensiva porque veníamos de un mal juego, pero por suerte se abrió cuando se tenía que abrir y lo que tuvimos que hacer luego fue mantenerlo.

¿Cuál es el balance que hacen de este segundo semestre?

La verdad que muy bueno. Yo perdí a mi papá y fue un semestre durísimo. Los chicos también tuvieron sus problemas, lesiones y viajes. La verdad que lo sacamos con mucho amor propio. Acá hay jugadores que tienen un gran amor propio, con mucho corazón y sienten pertenencia con Reconquista y eso se notó en el cierre, en cada bola, en cada entrenamiento, en los enojos. Se vio que el equipo estaba metido y a eso yo lo respeto. Ahí, en el corazón estuvo la clave.