Consejos de los especialistas para el cuidado de la piel en el verano

Una de las principales recomendaciones es la de no tomar sol en esta época del año entre las 11 y las 15 y se hace hincapié en la necesidad de apelar al uso debido de los protectores

Llega la época del año en la que muchas personas comienzan a tomar sol, pero es bueno recordar algunos aspectos importante de la exposición solar.

El sol es fuente de vida y, en pequeñas dosis, tiene efectos muy beneficiosos. Por ejemplo, ayuda a mejorar el estado de ánimo. Pero, además, gracias a la luz solar el organismo sintetiza la vitamina D, muy importante para mantener el equilibrio en el metabolismo del calcio, lo que repercute positivamente en la salud de los huesos. Asimismo, la vitamina D interviene en el sistema inmune, cardiovascular y respiratorio.

El tiempo de exposición solar que se requiere para obtener la cantidad necesaria de vitamina D depende del lugar en el que se viva. Aunque, por lo general, “10 minutos de luz solar de verano tres o cuatro veces por semana suelen ser suficientes”, apunta la Academia Americana de Médicos de Familia.

Si bien el sol, tomado con prudencia, es beneficioso, una exposición solar excesiva puede causar estragos en la piel.

De hecho, los rayos ultravioleta procedentes del astro rey producen envejecimiento prematuro de la piel, manchas, asperezas e incluso cáncer.

Existen varios tipos de cáncer de piel, cada uno de ellos con síntomas, tratamientos y gravedad diferentes. El más peligroso de todos es el melanoma.

Prevenir la aparición de un cáncer de piel pasa por protegerse adecuadamente de la radiación ultravioleta. Para ello, los responsables de la campaña Euromelanoma aconsejan “evitar la luz solar solar directa entre las 11 y las 15 durante el verano (que es cuando la radiación ultravioleta está en sus niveles máximos), buscar la sombra y aplicar protectores solares con regularidad”.

Los responsables de la campaña Euromelanoma aconsejan evitar la luz solar directa entre las 11 y las 15 durante el verano, que es la época del año cuando la radiación ultravioleta está en sus niveles máximos

PROTECTORES SOLARES

Los especialistas del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido advierten de que, en contacto con el agua, la crema solar se elimina.

De igual modo, señalan que el efecto frío del agua puede hacernos creer que no nos estamos quemando. No obstante, el agua refleja los rayos ultravioleta, lo que incrementa la exposición.

Por ello, subrayan que hay que reaplicar la crema solar tras salir del agua, incluso si utilizamos un producto “water-resistant”.

También es necesario volver a ponerse crema después de secarse con una toalla, si hemos sudado o si hemos eliminado el producto de la piel por cualquier otro procedimiento.

CUIDAR LA PIEL

La piel es un tejido de suma importancia para el organismo y demanda cuidados y el evitar factores que la dañen como el tabaquismo.

En ese sentido, Julián Conejo-Mir, presidente de honor de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), explica que la piel humana “está expuesta a los efectos del humo del tabaco de una forma directa, por contacto del humo ambiental con la piel, pero también de una manera indirecta, por la llegada vía sanguínea de las sustancias tóxicas procedentes del humo del tabaco inhalado”.

El dermatólogo subraya que la piel sufre las consecuencias del tabaquismo “no sólo con enfermedades graves, sino también con aquellas que afectan a su estética” porque “el humo del tabaco genera sequedad en la piel, arrugas prematuras y cabello seco”.

De modo similar, el alcohol, sobre todo el destilado (whisky, ginebra, vodka), también produce envejecimiento prematuro de la piel.

“Las caras de las personas que consumen habitualmente dosis altas de alcohol suelen estar demacradas y evidentemente envejecidas”, apunta el Dr. Conejo-Mir.

El especialista detalla que, cuando una persona llega a ser alcohólica y desarrolla daño hepático, su piel se queda opaca y de un color amarillento. Además, con el consumo de alcohol se altera el sistema inmunológico y aparecen infecciones de repetición.

La piel también puede resultar perjudicada como consecuencia de una alimentación poco saludable. Conejo-Mir señala que “una dieta hipercalórica y rica en grasas saturadas altera el metabolismo lipídico, lo que afecta a la grasa de la piel. Esto empeora sobre todo el acné, la dermatitis seborreica y, mediante mecanismos inflamatorios, también la psoriasis”. En cambio, “algunos estudios sugieren que comer fruta fresca y verdura puede ayudar a prevenir el daño que conduce a un envejecimiento prematuro de la piel”, manifiesta la Academia Americana de Dermatología.

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