Más allá de la mano de Tévez

       La pelota pegó en la mano de Carlos Tévez. Muslo y brazo, para ser más precisos. Indiscutible. ¿Sancionable? Mmmm...discutible. En mi opinión no es intencional, pero hoy la "familia arbitral" es la más confundida apuntando a cobrar cualquier tipo de mano. Haya sido o no, es anécdota, como lo fue -a favor- la de Guanini en el clásico. El tema es otro: ¿Cómo juega Gimnasia? Y desde ahí el análisis técnico, táctico, estratégico y de mercado.

       Gustavo Alfaro tomó decisiones para armar un plantel a su gusto con poco dinero. "Jugó" en el mercado a desprenderse de jugadores para traer otros, a acomodar los números para no irse de presupuesto. Así aseguró las continuidades de Lorenzo Faravelli y Fabián Rinaudo y llegaron  Ramiro Carrera, Daniel Imperiale, Christian Ramos, Sebastián Gorga, Manuel García, Nicolás Ibáñez y Darío Bottinelli, además de dos símbolos del club aceptados pero no pedidos por el DT: Sebastián Romero y Lucas Lobos. La venta de Maxi Meza -a quien valoro mucho- privó al entrenador de una característica futbolera: el picante por afuera con buen dribbling y uno contra uno. Ya no estaban en el plantel Javier Mendoza -se quiso ir a Tucumán- y Antonio Medina. Resultado: quedaron varios parecidos, del mismo palo, pero no alcanza para hacer chinchón.

     Ahora bien, ¿la venta de Meza puede desarmar un equipo? No. Puede modificar una idea, pero de los 30 equipos de primera más de la mitad no tienen  un jugador con esas características...y juegan igual. Sin esa terrible sensación de sentirse inferiores al rival que Gimnasia vivió ante Estudiantes, Newell's, Independiente o Boca. Así jugó. Convencido de que debía neutralizar al otro antes que jugar, pensar en que Chirola, Imperiale, Carrrera y aún Niell o Ibáñez "laburasen" el partido, pensando más en tapar al 4 rival o ensuciar el pase del central al volante que en las virtudes propias. Y así, intentando minimizar al rival, se olvidó de jugar.

     Alfaro trabaja. Busca y buscó un equipo que no encuentra. 4-1-4-1, 4-2-3-1, 4-3-1-2, probó casi todos los sistemas. Se rindió ante la evidencia de que Chirola juega bien, intentó que Carrera juegue por el centro (pero de enganche no, para eso esperan afuera Lobos, Bottinelli, Faravelli), y cayó en el recambio de los delanteros. Niell, Mazzola, Ibáñez, Vegetti no pueden brillar en un equipo previsible, sin cambio de ritmo, inofensivo, monótono. Que pide a gritos una pelota quieta que le abra el partido. Que implora porque los rivales no emboquen por Alexis, por los defensores , por su falencias o por el azar.

       Gimnasia arrancó tras el receso ante Instituto por la Copa Argentina (2-0). Después empezó el torneo y sobrellevó la adversidad de la expulsión de Faucundo Oreja para ganarle a Vélez (2-0). Aguantó a Patronato (1-0) de visitante y perdió contra Rafaela de local (0-1). Tenía ganado el partido en Arsenal -aún jugando mal- y se empató solito (2-2). Neutralizó a Estudiantes (0-0), jugó igual en Rosario y perdió (0-1 con NOB). Eliminó a Racing de la Copa Argentina (1-0) con los mejores 60 minutos del semestre. Le ganó a Huracán (1-0) gracias a Lobos, Chirola y un penal de Licht. Vera y Denis no acertaron y fue parda con Independiente (0-0). Y con Boca el partido se terminó con la roja a Carrera, pero en la media hora inicial nunca pudimos comprobar si Sara vino o no a La Plata. En el torneo, tres ganados, tres empatados, tres perdidos. Seis goles a favor, siete en contra.  El último grito que no nació de una pelota quieta, de Niell en Paraná. Medianía. 

     ¿Está todo mal? ¡Claro que no! Hay un entrenador trabajador, buenos jugadores, identidad en Chirola, Lobos, Licht, Oreja y Niell. Noble, Rinaudo y Valdéz que serán casi refuerzos. Hay que dejar de ser ese equipo NI del que habló Alfaro tras Newell's. Si hay que defender, defender de verdad; si se puede, pararse 10 metros más adelante y tratar de jugar. CONVENCIDOS. La duda es lo peor que existe y este equipo duda todo el tiempo. Y en ese mar de dudas, se hundirá. Sin dudas.

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