Un aislante térmico y sonoro
| 31 de Diciembre de 2016 | 03:01
El aluminio como envolvente, soporte de cerramientos metálicos, cerámicos, vítreos o de sistemas mixtos, protege a los edificios de los elementos.
Sirve para mantener fuera el calor, el frío, la lluvia y el ruido, y proporciona un alto nivel de confort para la gente que trabaja y vive en el edificio.
La elección del tipo de fachada y estructura de apoyo dependerá de las necesidades específicas o de condicionantes de diseño estético.
Con los sistemas de perfiles, se pueden utilizar fachadas clásicas de travesaños, fachadas unificadas, muros cortina, fachadas de doble piel, o estructuras especiales como pirámides, polígonos, bóvedas de cañón
o cubiertas curvas singulares.
La personalidad o imagen conseguida por muchos edificios contemporáneos se manifiesta y acentúa cuando se utiliza el aluminio, tanto en su dimensión estética como en sus diferentes aplicaciones estructurales.
Sus posibilidades estéticas son múltiples y variadas: lacado en color a elegir entre cualquiera de las opciones, anodizados en diferentes tonalidades, lacados de imitación a madera en una amplia variedad de acabados, acabados especiales, carpinterías mixtas aluminio-madera, etc. Todo ello disponible también en cerramientos bicolores.
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