Merecen atención oficial los reclamos que plantean los tamberos de nuestro país

La complicada situación que desde hace mucho tiempo atraviesan los tambos de nuestro país, que se traducirá en un encuentro del sector tambero que tendrá lugar este jueves en la ciudad cordobesa de Laboulaye para analizar la emergencia en la que se encuentran, merece, por cierto, la atención de las autoridades hacia quienes, desde siempre, se han esforzado por mantener una actividad productiva tan sacrificada y, a la vez, tan necesaria para la sociedad.

Tal como se informó, dirigentes del sector anunciaron que reclamarán medidas de emergencia ante la alarmante realidad que atraviesan, que se traduce en la cada vez menor participación de los productores en la cadena de precios. Detallaron que, históricamente, industria, supermercados y productores se llevaban un tercio cada eslabón de la cadena del precio final de un lácteo, pero que hoy los tamberos no participan que del 15 por ciento.

Desde la Federación Agraria Argentina se reclamó transparentar la cadena y que el Estado no se desentienda de la situación creada. Se aseguró que si se mantiene la ecuación vigente, la mitad de los productores lecheros podría desaparecer.

Correspondería recordar que desde la cuenca lechera de nuestra región se vino alertando en los últimos años acerca de los esfuerzos que vienen realizando los productores para salvar una actividad que, según advirtieron, se encuentra en estado endémico de crisis a nivel nacional. Así, ya en 2009 advertían que en los anteriores veinte años habían sido 40 mil los tambos que habían desaparecido en el país, estimándose entonces que eran tres los que cerraban por día.

Los productores lecheros formularon también hace años un reclamo a las autoridades provinciales, tendiente a que se revirtiera el panorama deficitario de los tambos, obligados a afrontar costos de producción del litro de leche superiores al precio que les paga la industria. Esta simple y penosa ecuación había colocado a muchos tamberos de la región al borde de la quiebra, acosados por la suba del costo de insumos y por el alza de las tarifas eléctricas, sin dejar de considerar los aumentos de precios del maíz, de los rollos de pasto, de los fertilizantes y herbicidas.

Resultaría casi ocioso reseñar el aporte que han brindado los tambos en la vida de tantos pueblos y localidades de nuestro país. Al margen de haber sido protagonistas principales de la economía regional, ellos también representan la identidad histórica y cultural de esas poblaciones que terminaron por integrar una de las más pujantes y características cuencas lecheras del país. En nuestra región existen claras muestras de ello.

Sin perjuicio de las medidas circunstanciales que convenga adoptar, importa antes que nada advertir que las autoridades nacionales debieran, por lo pronto, asignarle a esta cuestión la debida prioridad, en defensa de un sector generador de trabajo y tan vital para la economía de nuestro país.

Las pérdidas efectivas que vino sufriendo la industria lechera y la falta de perspectivas justifican con creces la preocupación de los productores y requieren, entonces, respuestas efectivas y rápidas por parte de las autoridades responsables.