Avanza la beatificación del cardenal Pironio

El Vaticano destacó ayer la “gran sensibilidad humana” del cardenal Eduardo Pironio al clausurar en Roma la etapa diocesana del proceso de beatificación del purpurado argentino que, siendo funcionario de la curia romana, motorizó la Jornada Mundial de la Juventud.

Durante los diez años de la instrucción diocesana se recogieron testimonios, escritos y documentación sobre la vida, virtudes y fama de santidad del cardenal Pironio que ahora pasarán a la Congregación para las Causas de los Santos, primer paso en el camino al honor de los altares

“Pironio era un hombre de Iglesia, con una profunda fe en el Papa, en la que vio a Cristo, y con un profundo sentido de Iglesia. Un pastor con una gran sensibilidad humana, en particular para los jóvenes”, sostuvo el cardenal italiano Agostino Vallini.

“En su larga y amplia experiencia aprendió a percibir sus preguntas más profundas y deseos más genuinos, pero también sabía cómo confiar en ellos y descubrir la riqueza de su entusiasmo, voluntad y creatividad”, agregó al trazar el perfil espiritual de Pironio.

Vallini presidió ayer en la Vicaría de Roma la clausura de la fase diocesana de la causa Pironio durante una ceremonia en la que participó el secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Carlos Malfa, como parte actora del proceso de canonización.

Como muchos saben, el cardenal Pironio fue obispo auxiliar de la Plata y 1968-1975 se desempeñó como secretario general y luego presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam). El papa Pablo VI lo llamó a Roma como prefecto de la Congregación para los Religiosos y en 1976 lo nombró cardenal. Por su parte, Juan Pablo II los designó en 1984 presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, cargo en el que tuvo un papel destacado en el diseño de la Jornada Mundial de la Juventud. Murió en Roma el 5 de febrero de 1998 y por su voluntad fue enterrado en el santuario de Nuestra Señora de Luján.

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