Dengue: polémica por los métodos usados para matar al mosquito
| 12 de Marzo de 2016 | 02:55

Un colectivo de 15 organizaciones de médicos, investigadores y profesionales vinculadas con la salud y los derechos humanos cuestionó el método de combate al Aedes aegyti, el mosquito que transmite el dengue, el zika y la chikungunya y reclamó medidas para contrarrestar la degradación ambiental de los barrios vulnerables. Las entidades sostuvieron que la lucha contra el mosquito va a tener un impacto negativo en el medio ambiente, tanto en el país como en toda la región debido a “la fumigación con químicos”. Desde el Ministerio de Salud de la Nación relativizaron los efectos negativos de esas acciones y sostuvieron que ese método “es el que debe usarse y es el que se usa en todo el mundo”.
La polémica no es exclusivamente local. A medida que crece la lucha contra el mosquito, planteos similares se dejan oír en distintos países. Así, una ONG de Estados Unidos cuestionó en las últimas horas un programa que apunta a la liberación de mosquitos genéticamente modificados en los Cayos de Florida para controlar al Aedes, aunque las autoridades salieron a aclarar que la medida no dañará a los seres humanos ni el ambiente.
dengue y desigualdad
Los entidades argentinas, a través de un comunicado difundido en las últimas horas, advirtieron sobre “un posible agravamiento de la epidemia” y criticaron la política de combate al mosquito por considerarla incompleta ya que “reduce la grave problemática a la descacharrización y la fumigación con químicos”.
“El problema del dengue es la pobreza y la desigualdad ambiental”, dijo Medardo Ávila Vázquez, de Médicos de Pueblos Fumigados, una de las entidades que junto al Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) y el Colegio de Sociólogos de la Provincia de Buenos Aires, entre otras, busca informar sobre “la verdadera dimensión de la epidemia”.
El dengue, según describió el colectivo, “afecta a los barrios más pobres, carentes de agua potable, y donde las aguas servidas, de pozos y estancadas, generan un ambiente propicio para el desarrollo del mosquito”.
“El mosquito se reproduce sobre todo en lugares degradados ambientalmente y ese es el desafío: mejorar la calidad del aire y del agua de los barrios y no empeorarlos, regándolos con insecticidas”, aclaró Ávila Vázquez.
Descacharrizar, según el referente de Médicos de Pueblos Fumigados, “es una medida que responsabiliza de la erradicación del mosquito a los habitantes de los barrios y debería estar acompañada de otras acciones que mejoren sustancialmente las condiciones de los lugares degradados ambientalmente”.
Mientras que “fumigar sólo mata al 40 por ciento de los mosquitos y daña la salud del ambiente y las personas, no consigue evitar que las larvas vuelvan a desarrollarse a las 48 horas”, completó Avila Vázquez.
“es lo que se debe hacer ”
Esos conceptos fueron relativizados por el director Nacional de Epidemiología, Jorge San Juan, quien afirmó que “no hay un estudio en todo el mundo que diga que esto no sirve, y no sé que hubiera pasado si no hubiésemos hecho esto”.
San Juan afirmó que “estamos haciendo lo que se debe hacer, que es lo que se hace en todo el mundo” y agregó: “con respecto al efecto sobre los humano, con las concentraciones que estamos usando, en todos estos años, no hemos visto alguna complicación. Algunos me han dicho que puede ser que no haya mariposas, pero estamos en medio de una epidemia en todo el mundo”.
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