Política y espectáculo, una frontera difusa
| 1 de Abril de 2016 | 01:18

Las fronteras entre la política y el espectáculo, en muchos casos se hacen bastante difusas. En los últimos meses, algo ha hecho que esos dos mundos se entrelazaran cada vez más. El fenómeno tiene un reflejo directo en la televisión: cada vez hay más programas de “espectáculos” o de “variedades” en los que se juega la política. Y al revés: la política ha perdido sus formatos televisivos clásicos para asimilarse cada vez más al de los programas de show y chimentos.
En los diarios mismos, muchas veces se corren los límites y cuesta dibujar las fronteras: Ottavis y Xipolitakis, ¿son noticia de espectáculos o de política? ¿Dónde encaja el viaje del ministro de la Producción de la Nación, Francisco Cabrera, en un avión privado a Punta del Este con Juanita Viale? ¿En qué sección del diario o en qué programa de TV se presenta a Isabel Macedo en debut como “primera dama” de Salta?
No son preguntas abstractas o retóricas. Son las que se formulan en estos días en todas las redacciones y producciones televisivas.
Hay algunos ejemplos que ilustran lo que sucede: el programa político por excelencia de TN, “A dos voces”, tuvo como invitados centrales hace pocas semanas a Yanina Latorre y a Chiche Gelblung para analizar los romances entre políticos y figuras del espectáculo. Gelblung acertó allí con una definición que podría encerrar algo más que una ocurrencia: “Es natural... siempre hay atracción entre `iguales´... Y el espectáculo y la política son, después de todo, un show”, opinó.
Ottavis y Xipolitakis, ¿son noticia de espectáculos o de política?
No es una novedad, ni aquí ni en otros países del mundo, que la política se ejerce cada vez más con las herramientas de la actuación, de la imagen, de la apariencia... Desde esa perspectiva, la observación de Gelblung podría describir una distancia que, efectivamente, cada vez se hace más corta.
No se estaría descubriendo nada nuevo si se hablara, también, del fenómeno de artistas que han incursionado en la política, muchas veces con enorme impacto. En Argentina no son pocos los ejemplos. En Estados Unidos, Hollywood ha dado un presidente que marcó la década del ochenta (Ronald Reagan) y, por lo menos, un gobernador que manejó California, uno de los estados más prósperos de EE UU, como fue Arnold Schwarzenegger.
Lo cierto es que en Argentina, en estos días -como ha pasado también en otras épocas- los romances entre la política y el espectáculo se han convertido en un tema de análisis, de debate y hasta de movimientos políticos e institucionales.
DE LA CAMPORA AL MAIPO
Una de las historias más ruidosas, y con secuelas políticas concretas, es la que escriben Ottavis y Xipolitakis. El era uno de los dirigentes más encumbrados de La Cámpora, que mantenía un nexo privilegiado con la ex presidenta Cristina Kirchner y con su hijo Máximo. Presidía el bloque de diputados provinciales del FpV, un resorte clave para articular la relación entre el peronismo y la nueva administración bonaerense de Vidal.
El estridente noviazgo con una vedete que hecho una suerte de “militancia” en el escándalo, puso a Ottavis en una vidriera incómoda. Para la Cámpora, no fue fácil digerir una relación que no combinaba con su estética setentista ni con un supuesto perfil alejado de frivolidades.
Muchos dirigentes camporistas y del kirchnerismo han expresado -algunos por lo bajo; otro no tanto- malestar con un noviazgo que venía, de alguna forma, a quitar una careta que muchos reivindicaban en las filas kirchneristas. Lo cierto es que a Ottavis le costó la presidencia del bloque y su salida acentuó un trauma interno del que todavía no se ha repuesto el kirchnerismo bonaerense.
Sería exagerado cargarle a Xipolitakis la responsabilidad de una crisis que reconoce muchas aristas y complejidades. pero hay algo que nadie pone en duda: su irrupción junto a Ottavis no ayudó en nada a tramitar las amarguras de La Cámpora tras la derrota electoral.
Un debate atraviesa este tema: ¿beneficia a los políticos la visibilidad, exposición y nivel de conocimiento que les dan los romances de alto perfil? Las opiniones están divididas. Así como muchos creen categóricamente que no, hay una biblioteca escrita por asesores de imagen, expertos en campañas políticas y “armadores” de candidatos que, por el contrario, creen que sí.
Es cierto que los niveles de conocimiento de Ottavis se han multiplicado enormemente desde su estrafalario romance con “la pilota” de Aerolíneas. Hasta ahora, los réditos políticos no han sido muchos para él. ¿Lo podrá beneficiar en el futuro?
Muchos se hacen esta pregunta en relación al gobernador de Salta, Manuel Urtubey. En el peronismo, no es un secreto para nadie que Urtubey tiene ambiciones presidenciales. Pero su nombre no dice mucho fuera de Salta. ¿Potenciará su noviazgo con una de las actrices más bellas del país su proyección nacional? Es otra pregunta con opiniones divididas. Que lo ayuda a instalarse en la vidriera mediática y lo pone en las tapas de las revistas, no hay duda. Si se le suma votos.... es otra cosa.
Mientras tanto, la “escapada” de un ministro de Macri con la nieta de Mirtha Legrand amenaza con convertirse en una escaramuza incómoda. Ya hay algunos interesados en saber quién pagó el avión privado. De vuelos desafortunados, hay muchos que pueden contar historias.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE