Cambia, todo cambia
| 17 de Abril de 2016 | 00:36

Por IRENE BIANCHI
Mail irenebeatrizbianchi@hotmail.com
Twitter @irenebianchi
- ¡Adivina adivinador, chicas! ¿A que no saben qué pasó de moda?
- Ya sé, Leti. Nosotras. Las “Over 50”.
- Frío, frío, Gladys. Seguí participando.
- Me toca a mí. ¿La honestidad, los buenos modales, la vocación de servicio?
- Todo cierto, Nelly, pero no califican en mi adivinanza. Algo más terrenal.
- A ver … ¿Los hotpants? ¿Las bucaneras? ¿Los jeans pata de elefante?
- Eso pasó hace rato, pero vuelven. Menos mal que guardé las pilchas de los ’70, porque ahora las usan mis nietas.
- Bueno, Chela, largá el rollo, que aburre tanto suspenso. ¿Qué pasó de moda?
- Créase o no: los telos. Están en baja los albergues transitorios. En agonía.
- ¿Pueden creer que nunca fui a uno de esos lugares non-sanctos?
- No te creo, Leti. Pero si es cierto, no sabés lo que te perdiste.
- Es lógico, chicas. Si los padres nos hemos vuelto tan permisivos, que dejamos que los novios y novias de nuestros hijos, pernocten en nuestra propia casa.
- Y eso no está mal. Es más seguro y se ahorran unos pesos.
- ¿Se ahorran? ¡Nos ahorramos, querrás decir! Permisivos y pijoteros somos.
- Yo los dejo pernoctar, pero- eso sí- con la puerta abierta. Así que no creo que hagan nada raro.
- ¿Qué tiene de “raro”? ¡Si serás castradora, Leti!
- Los chicos en tu casa no tendrán sexo salvaje, amiga. Pero también se puede hacer “eso” en silencio. Por lo bajo. Sotto voce.
- Leti de envidiosa. Es el perro del hortelano. No come ni deja comer al amo.
- Nelly, largá el telefonito. Celus en reunión, es mala educación.
- ¡Ay, disculpen! Estaba güotsapeando.
- ¿De qué te las das ahora? Vos que venís de la época del teléfono con manija.
- Sí, ¿y qué? Igual que ustedes. Reconozco que me volví adicta a este bichito.
- Seguí nomás, que a tu escoliosis, le agregás el síndrome de la cabeza gacha.
- “Phubbing” se llama. Les leo la definición: “el acto de un individuo o persona a ignorar su entorno por concentrarse en la tecnología móvil, ya sea un teléfono inteligente, tableta, PC portátil, u otro objeto inteligente.”
- Nosotras también somos objetos inteligentes, si vamos al caso.
- Hace unos años te hubieras definido como objeto sexual ¡Cómo pasa el tiempo!
- Cambia, todo cambia.
- Sí, pero la pregunta del millón sería: ¿cambia para bien? Porque en la era de la comunicación, estamos cada vez más incomunicados. ¿O no? Más aislados.
- Ya se nos va a pasar. Es una moda. También hay una corriente de gente que busca desconectarse y no depender tanto de la tecnología.
- No es tan así. Hoy en día, si no tenés celu, no existís. Ya nadie te llama al fijo.
- Sí. Los vendedores, los mangueros, los encuestadores, los políticos en campaña
- Pensar que antes nos acordábamos de memoria de todos los teléfonos de nuestra familia, amigos y vecinos. Ahora, no sabemos ni el propio.
- No podés ir en contra del progreso, nena. Hay que adaptarse. No hay vuelta.
- Más adaptadas que nosotras, que venimos del pleistoceno, no debe haber.
- Disculpen la indiscreción. Volviendo al tema de los telos. ¿Ya cerraron todos?
- No creo. ¿Por qué, Leti? ¿Te querés dar el gusto de conocer uno antes de…?
- ¿De crepar? Tocáte la izquierda, mufa. El tema es que no tengo con quien ir.
- Yo por vos, me disfrazo de tipo y te acompaño. Y tomamos mate. ¡Chin, chin!
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE