Noviazgos eran los de antes... ahora duran media hora

Los famosos solían ser famosos por sus talentos frente a las cámaras. Perseguían la excelencia artística y los galardones que venían con ella. Pero hoy, antes que un Martín Fierro, da la sensación que a los miembros de nuestra farándula (esa que Moria Casán definió con genialidad: “Esto no es Hollywood, es una pizzería”) hay que entregarles el Cupido de Oro a la relación más corta...

Se entiende que el ámbito artístico es uno propenso al romance de los cuerpos. Por un lado, los actores no pueden relacionarse sino con otros actores, enfrascados lejos del “mundo real”, al cual no pueden salir por el agobio popular, y en el cual, de todos modos, pocos se atreverían a seducirlos. Por otro, los besos y mimos de ficción encienden en muchas ocasiones las compuertas del deseo tan difíciles de cerrar. Y, encima, la farándula está compuesta por individuos esbeltos, de rasgos bellos y ataviados a la moda...

Pero aún en este contexto sumamente tentador, y aún teniendo en cuenta que los artistas suelen tener morales más relajadas por su propio oficio en constante roce con el romance, es difícil entender, por ejemplo, lo de Pampita. O lo de Juana Viale, quien en medio de su raid amoroso fue criticada por su propia abuela (“tiene que calmarse”)...

A continuación, las historias más recientes de explosivos amores farandulescos, marcados por el enamoramiento súbito, escandaloso y apasionado y la posterior y espectacular caída de la relación, como si se tratara de un avión estrellado.

Juana Viale
Pampita

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