Violencia de género: demandan al Estado provincial por “no evitarla”
| 21 de Mayo de 2016 | 01:36

“Estoy viva junto a mis hijos gracias a Casa María Pueblo, pero estoy ciega desde los 27 años culpa de la Justicia, la Policía y todos los Organismos del Estado que tenían que protegerme”, dice Susana Gómez, quien ahora tiene 31 y pudo recompener su historia, aunque con las secuelas de la violencia de género que le quitó, entre otras cosas, la vista.
Parada sobre este escenario, es que junto con los representantes de esa ONG que la refugió junto a sus cuatro hijos, Gómez demandará al Estado provincial por daños y perjuicios, planteo que -según reconocen los especialistas- no registra antecedentes.
“Susana merece un resarcimiento y que el Estado, de una vez por todas, sea solidariamente responsable por su omisión en el tratamiento de estos temas”, explicó el presidente de Casa María Pueblo, Darío Witt.
En abril de 2014, la jueza del Tribunal Oral en lo Criminal V de La Plata, Carmen Palacios Arias, condenó a Carlos Ariel Goncharuk a la pena de 8 años de cárcel, al hallarlo culpable de haber golpeado a su pareja Susana Gómez, en junio de 2011.
En el debate se acreditó que el acusado atacó a su mujer, dándole la cabeza contra la pared de la cocina de su casa en la localidad de Lisandro Olmos, lo que le provocó un doble desprendimiento de retina y la dejó ciega.
En junio de 2015 el Tribunal Penal de Casación Penal bonaerense confirmó la condena.
“Al quedar firme la sentencia “decidimos iniciar demanda contra el Estado por ser solidariamente responsable junto al agresor al no haber intervenido en las múltiples veces que Susi pidió su protección”, argumentó Witt.
Según acreditó Gómez, a lo largo de su relación hizo 13 denuncias penales y 5 civiles durante 9 años, y “hasta el tribunal oral reconoció en el fallo la desidia del Estado ante los pedidos de ayuda de Susana”, remarcaron desde la ONG.
Gómez conoció a Goncharuk en en el año 2002 y estuvo con él hasta 2011, cuando recibió la golpiza que la dejó ciega. Luego huyó a la casa de sus padres, pero como estos también eran agredidos finalmente buscó refugio en la Casa María Pueblo.
el infierno y los hijos
En el juicio que se desarrolló en 2014 Gómez relató los episodios de violencia que vivió durante nueve años y recordó que durante ese tiempo Goncharuk le prometía: “Te voy a matar, te voy a dejar ciega”, delante de sus hijos.
En el veredicto se hizo lugar a lo planteado por el fiscal de Juicio Fernando Cartasegna, quien había pedido 9 años de pena para el imputado por el delito de “lesiones gravísimas”, mientras que Carlos Castagno, el abogado de la víctima, Susana Gómez, pidió una condena de 10 años, el máximo para este tipo de delitos.
Palacios Arias, que actuó como jueza unipersonal, describió minuciosamente en su resolución lo relatado por la víctima y argumentó cómo ese desgarrador relato concuerda con el resto de la prueba, en especial la aportada por los peritos médicos que en el debate hicieron una precisa descripción de las secuelas de las golpizas sufridas por Gómez.
Al recurrir a Casación la defensa de Goncharuk planteó que no se había acreditado en el juicio que los golpes tuvieran relación con la ceguera de la víctima, algo que fue rechazado de plano por la Sala V de Casación, integrada por los jueces Jorge Celesia y Martín Ordoqui. Así, dejaron firme la condena a 8 años de cárcel.
Goncharuk está preso, “algo que no es habitual para los golpeadores”, rescató Witt, y Susana pudo rearmar su vida trabajando como telefonista para el poder judicial. Sin embargo, ella y quienes la acompañaron en esta lucha quieren sentar otro precedente: “Que el Estado asuma la responsabilidad que le cabe, porque la impunidad no es sólo para el agresor, sino también para quien se la facilita”.
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