La Ciudad de los vallados: se extienden las “rejas móviles”

Méritos no le faltan. De un tiempo a esta parte, en materia de tránsito La Plata ha comenzado a ganarse el título de ciudad capital en algunas categorías no tan deseables: se la ha llamado, por caso, la capital nacional de la doble fila, de los piquetes, de las infracciones viales, y, ahora también, de los vallados. No es para menos: en cuestión de pocos años, las “rejas móviles” que entorpecen el flujo vehicular se han convertido en una presencia cotidiana en la escenografía del microcentro local. Y se siguen extendiendo.

Sin que parecieran importar las complicaciones, demoras, molestias e incomodidades que generan a los vecinos, en calles de alto tránsito se colocan vallas porque sí, más allá de lo necesario. El “blindaje” en torno a los edificios y oficinas públicas permanece trabando el tránsito incluso en días y horarios en que no hay ni asomo de movilizaciones.

De esa forma, y por los motivos más diversos, desde el propio Estado se decide colocar vallados que generan trastornos a quienes se ven sorprendidos por esos imprevistos cercos urbanos. Esta semana se esparcieron como un virus por puntos neurálgicos de la Ciudad, y hay cuadras en que ya son una parte inseparable del paisaje, como los que colocan en torno a la Gobernación. En las ramblas de las avenidas 51 y 53 no solamente las vallas ocupan parte de las veredas sino que también se encuentran apoyadas sobre algunas esculturas que adornan ese tradicional punto del eje fundacional.

Lo mismo ocurre con los cercos que disponen en inmediaciones al Palacio Municipal, a la Legislatura provincial, al edificio de la cartera educativa (13 y 58), y la cuadra de calle 4 y 53, donde tiempo atrás los vallados eran habituales cuando se desarrollan audiencias judiciales pero ahora ya son permanentes. Allí las rejas suelen estar colocadas sobre la vereda, obstaculizando el paso de los peatones, que para pasar deben bajar a la cinta asfáltica, lo que es un riego. También en 55 entre 6 y 7, donde está el Ministerio de Desarrollo Social, hay vallados sobre las veredas de ambas manos, apoyadas sobre columnas y árboles. No hay que olvidar que es muy común también que coloquen también que por diferentes motivos pongan vallados en la emblemática esquina de 7 y 50.

¿A quién pertenecen los vallas y qué área es la encargada de su gestión? En la Comuna apuntan que su colocación y retiro depende de los diferentes operativos que coordinan desde el Ministerio de Seguridad provincial. Se aclaró, no obstante, que los cercos que están instalados en inmediaciones de la Municipalidad fueron solicitados por la Secretaría de Seguridad municipal y están allí “de común acuerdo” entre la gestión comunal y la cartera provincial.

Pero en rigor, la normativa indica que el uso del vallado debe contar con la autorización correspondiente, donde además se debe dejar en claro puntualmente la finalidad, el lugar y el horario de colocación y retiro del mismo.

Otro punto es que los cercos no solo traban el tránsito, sino que al ocupar parte de ramblas, veredas y calles quitan espacio para los peatones y sitios para estacionar vehículos.

Hasta ahora no se habla de iniciativas comunales para ponerle fin a esta “epidemia” de vallas. En los últimos años hubo dos intentos para removerlos de las calles, impulsados por la anterior gestión municipal, pero las vallas volvieron a copar las calles más temprano que tarde.