La maduración del mito
| 9 de Mayo de 2016 | 02:52

CAPITAN AMERICA: GUERRA CIVIL.- Como todo filme de Marvel, los dos primeros actos son casi protocolares: preparación para el estallido final del conflicto, las primeras dos horas de “Capitán América: Guerra Civil” entregan bastantes discusiones, las obligatorias batallas no decisivas y el descubrimiento de una trama profunda. Sólo que esta vez los hermanos Russo le sacan brillo al protocolo a partir de apariciones estelares, innumerables momentos del mejor humor de la compañía, seco y burbujeante como el champán, y un conflicto ayudado por horas anteriores de metraje anterior que tienen al espectador emocionalmente comprometido con el destino de sus héroes antes de que comience incluso el filme.
Y tras dos actos lustrosos, el tercer acto también explota como nunca antes, con el héroe principal de la franquicia, Capitán América, en cuestionable rebeldía, violento y desesperado, y responsable principal del divorcio final. También en ese sentido los hermanos Russo construyeron desde el guión una cinta superadora: las primeras entregas de “Vengadores” y “Capitán América” eran alegorías lineales, maniqueas, que extrapoladas al estado corriente de la política exterior estadounidense, eran hasta peligrosas. Ahora, sin embargo, el gran héroe americano pone en escena un conflicto ideológico que deconstruye la mitología mesiánica de las primeras entregas y se cuestiona a sí misma.
La tercera fase del universo cinematográfico de Marvel abre así con una alegoría más compleja, acorde a un espectador más sofisticado y a una coyuntura eleccionaria en el país de origen donde se pone en juego si la vía correcta es endurecerse o confiar en los valores clásicos liberales. El conflicto final enfrenta no a un villano de afuera (apenas un McGuffin) sino a Capitán América con Iron Man, y la complejización del debate, sin solución fácil, y el hecho de que los dos héroes canónicos -y amigos- se enfrenten, brinda gravedad, sentido, hasta un aire de tragedia, a la espectacularidad habitual de la franquicia. (****)
Pedro Garay
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