No se puede romper en cualquier lado sin mirar los planos de las cañerías
| 18 de Junio de 2016 | 02:40

Pareciera que los numerosos antecedentes reunidos en lo que se refiere a los accidentes que se derivan de los trabajos que distintas empresas realizan en la vía pública –especialmente cuando lo que se está ejecutando son tareas de mantenimiento o de reparación de algunas de las redes de servicio- no alcanzan para que, de una vez por todas, se adopten medidas de prevención, que impidan estas emergencias.
Ahora, una nota publicada recientemente en este diario, ubica a La Plata entre las ciudades con mayor número de incidentes por estas causas. Así, del informe realizado surgió que en nuestra ciudad se registraron 54 pérdidas de gas en los últimos 18 meses por rotura de caños al realizarse distintas obras, mientras que la empresa Edelap debió atender en un año unas 250 reparaciones de cables subterráneos, a partir de roturas causadas habitualmente por otras empresas de servicio al realizar tareas bajo las veredas.
Lo cierto es que, ya sea por negligencia o imprudencia, casi no pasa semana sin que operarios que trabajan con máquinas retroexcavadoras rompan algún caño y provoquen situaciones de riesgo o grandes contratiempos: desde fugas de gas hasta enormes pérdidas de agua, algo que, cada vez que ocurre, suele dejar sin ese vital servicio a barrios enteros. Está claro que en no pocas oportunidades son también los particulares los causantes de estos accidentes, al realizar tareas sin tomar la precaución de haber solicitado primero los planos de la zona, para conocer acerca del recorrido de las distintas cañerías.
Cabe señalar que estas conclusiones fueron analizadas durante una jornada de capacitación que se realizó en el Salón dorado, donde disertaron directivos y técnicos de la empresa Camuzzi y explicaron los pasos a seguir antes de realizar alguna intervención en la vía pública.
Allí se detalló que, algunas circunstancias en las que puede ocurrir la rotura de un caño de gas y escape de fluido se presentan por la plantación o extracción de árboles y raíces; colocación de cestos de residuos; conexión a la red cloacal; trabajos sobre cañerías pluviales; renovación de cañerías o cableados de servicios o colocación de postes de servicios. Al margen del gas, también es frecuente que las máquinas retroexcavadoras rompan tendidos de fibra óptica y cables de la red subterránea de energía eléctrica, entre otros.
Siempre se ha reclamado desde esta columna que los organismos responsables de impulsar obras públicas procuren reducir al mínimo estas emergencias, advirtiéndose a las empresas contratistas y a los vecinos acerca de los tendidos de redes preexistentes en los lugares en los que se realizarán trabajos. Para ello se cuenta con los planos respectivos y, si no existieran en determinados casos, debiera ordenarse la confección de esos documentos y antecedentes imprescindibles para encarar cualquier obra nueva.
También se le ha requerido a las autoridades responsables que se evite, a todo trance, la superposición de trabajos en la vía pública, planificándose con racionalidad la secuencia de las obras. La previsión y la racionalidad deberían formar parte de la programación de las obras públicas ya que, en cambio, concretarlas sin cumplir con esas condiciones, origina gastos improductivos para el Estado y perjudica a miles de vecinos.
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