Retoman la campaña para definir el futuro británico en la Unión Europa

Fue tras la pausa por el crimen de la diputada. Cameron advirtió sobre una eventual salida

Los líderes políticos y los medios británicos reanudaron ayer la campaña por el referendo sobre el futuro del Reino Unido en la Unión Europea (UE) con un tono más moderado y menos agresivo, luego de tres días de luto por el asesinato político de la parlamentaria laborista Jo Cox. Al mismo tiempo que se retomó la campaña, iglesias y centros religiosos a lo largo del país celebraron servicios especiales en recuerdo de Cox. El principal fue en la Iglesia Anglicana de St Peter, en la localidad de Birstall, el distrito de la parlamentaria (norte de Inglaterra). Durante ese servicio, se recordó la “humanidad” y la “pasión” con la que luchaba Cox por causas como la de los civiles atrapados en el conflicto sirio.

Mientras el país entero se unió en el repudio al asesinato de Cox, la gran incógnita ahora es cómo su muerte afectará al resultado del referendo de este jueves. Según una encuesta publicada ayer por el diario The Mail on Sunday, un 45% estaría a favor de seguir dentro de la UE, mientras un 42% preferiría abandonarlo, una opción que ya se conoce como el “Brexit” (término que combina Britain y exit, salida en inglés). En una columna, publicada por el diario The Sunday Telegraph, el primer ministro David Cameron aseguró que el Reino Unido se enfrenta a una “elección existencial en el referendo, sobre la que no hay vuelta atrás”.

Cameron afirmó que no es fácil hablar del referendo después del shock nacional que representó el crimen de Cox mientras hacía campaña por seguir en la UE, “pero que deben hacerlo”, porque ella así lo hubiera querido y es en lo que estaba trabajando en estos últimos meses. Reiteró una vez más que la opción de salir del bloque europeo “es un gran error que puede conducir a una década de incertidumbre” y advirtió que la economía, pese a haber registrado un gran crecimiento y haber sido una de las más exitosas del siglo XXI, “pende de un hilo”. “Si nos vamos, el comercio se vería perjudicado, y la inversión en Gran Bretaña sufriría porque las empresas ya no podrán acceder a la UE de la misma forma. Por lo tanto, nuestra economía sería más pequeña”, dijo.

El premier británico consideró, además, que se debatió mucho acerca del mayor o el menor impacto que tendría sobre la economía una salida de la UE y de lo leve o severa que sería la recesión o del nivel exacto de desempleo que ésta originaría. Según Cameron, también se especuló sobre el tamaño del agujero fiscal que provocará una ruptura con la UE, pero en ningún momento los británicos escucharon una sola voz creíble que prediga que “estaremos mejor fuera de Europa”. Tanto Cameron como el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, defienden quedarse en la UE, mientras que algunos sectores nacionalistas de sus partidos y la derecha más xenófoba hacen campaña para salir del bloque.

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