Los secretos detras de Dory

Andrew Stanton, guionista y director de Pixar, develó el proceso creativo del filme que causa sensación en el mundo

Más de cuatro años “picando piedra”, nueve borradores de guión, decenas de miles de “storyboards” y toneladas de sudor y entusiasmo. Andrew Stanton, director y guionista de Pixar desde 1990, desveló recientemente en Madrid algunos secretos del proceso creativo de “Buscando a Dory”, su última producción.

En una conferencia reciente, Stanton impartió una clase magistral en la que detalló cada una de las fases del proceso de escritura, desde el “escozor inicial” de la primera idea, hasta el “hallazgo definitivo” del tema, pasando por varios choques contra el muro y “puntos de no retorno”.

“Siempre es así de difícil y, cuando no lo es, nos ponemos nerviosos. Es como educar a un niño: si coopera demasiado toda su vida, es que algo va mal”, aseguró el autor y director de “Buscando a Nemo” y “Wall-E” (2008) y coguionista de “Toy Story 2” (1999) y “Monsters, Inc” (2001).

En el caso de “Buscando a Dory” el proceso empezó en 2011, con preguntas sobre el pasado y los problemas de memoria del pez que ayudaba a Marlin a buscar a Nemo, y el círculo creativo se cerró cuando Stanton se dio cuenta de que se trataba de una historia de “aceptación de uno mismo”, según explicó.

Aunque uno de los consejos que ha dado al público ha sido renunciar al ego -“no se trata de la historia que quieras contar, sino la que tienes que contar”, aseguró-, Stanton admitió que suele haber “conexiones personales”.

Según Stanton, ganador de dos Oscar -por “Buscando a Nemo” y “Wall-E”- y actual vicepresidente creativo de Pixar, cualquier buen guión debe dar respuesta a dos preguntas básicas: a dónde tienes que llegar y por qué te importa. En el camino, el 90 % de las ideas acabará en el cubo de la basura, afirmó.

Sobre las bromas lanzadas en las semanas previas al estreno acerca de la presencia de un pez transexual y una pareja de lesbianas en la película para dar cabida a nuevos modelos de familia, tanto Stanton como su productora Lindsey Collins insisten en restarle importancia.

“Los rumores se lanzan, y todo el mundo entra en ellos”, subrayó Stanton. “Nos gusta reflejar el mundo tal como es, pero nunca nos planteamos explícitamente” que hubiera una pareja gay. “Se trata de ser realistas y que la gente sea lo que quiera ser”, manifestó.

“Buscando a Dory” es el penúltimo ejemplo de la fiebre por las secuelas que inunda Hollywood desde hace años y que parece haber alcanzado a Pixar, considerada paradigma de la creatividad. Pero ni Stanton ni Collins creen que esta fuerza esté en peligro.

“Estamos haciendo ahora mismo cinco películas a la vez de las que nadie sabe nada, y ninguna de ellas es una secuela. El orden de cómo se van estrenando no es algo planeado de antemano, sino que depende de cómo de rápido se resuelvan esas historias”, apunta el director.

“No puedes controlar del todo los tiempos de cada historia, hay que ser flexibles, y nadie tiene la receta mágica”, precisó Collins.

En todo caso, reconocen que hay cosas que han cambiado desde que Steve Jobs tomó las riendas de la compañía a finales de los 80 y apenas eran un equipo de diez persona, integrados a la maquinaria Disney.

“Al principio había esa sensación de no saber lo que hacíamos, con un inocencia que en cierta manera era maravillosa. Hoy somos más inteligentes”, opina Collins. “Al hacerte mayor reconoces los problemas más rápido, pero no necesariamente encuentras las respuestas antes”, añadió Stanton.

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