Arrancó el show y otra vez se mezclan la política y la farándula

Podría ser definida como la semana del show. El regreso de Tinelli fue protagonista de la conversación nacional y ha mezclado, en un escenario que por momentos parece bizarro, a la política con la farándula.

El regreso de este gran show televisivo puede mirarse desde los más variados ángulos. Batió en su primer día un récord de rating asombroso. Demostró que la televisión abierta sigue viva, a pesar de la incertidumbre y los desafíos que plantean otras opciones cada vez más “a la carta”. En la parodia de Gran Cuñado, la política se encuentra con sus propias caricaturas; un juego de doble filo que puede ayudar o perjudicar a los políticos. Esta semana, la gran comidilla fue la participación de José Ottavis (el verdadero) junto a la imitadora de Xipolitakis. Ottavis ha pasado, sin escalas, de ser uno de los principales referentes de La Cámpora y uno indiscutido influyente del kirchnerismo, a una especie de “mascota farandulesca”, que va de Xipolitakis a Moria Casán en los ratos libres que le deja la Legislatura.

Podrá pensarse que pasaron también cosas “más serias”. Pero un fenómeno como el de Tinelli no puede desplazarse al bolsón de las frivolidades.

Ni una menos; la arritmia presidencial; el Papa con los jueces; el procesamiento de Echegaray y las muertes de la Gripe A fueron otros ejes por los que transito la primera semana de junio; la antesala del segundo semestre.

La Ciudad fue escenario de otra importante movilización contra la violencia de genero. Lo mismo ocurrió en otros grandes centros urbanos y en las puertas del Congreso nacional. Fue al cumplirse exactamente un año del primer gran grito nacional contra la violencia machista. ¿Algo cambio? Hasta ahora nada. Pero el camino de reclamar, generar conciencia, instalar el problema en la agenda publica y darle continuidad a una batalla por la vida, es sin duda un camino para recorrer. Aunque sea largo y conduzca a un mejor lugar recién después de mucho andar.

La economía, mientras tanto, es siempre protagonista. Esta semana el Gobierno admitió que en la aplicación de los tarifazos se les había ido la mano. Fijaron topes en el caso del gas y establecieron un mecanismo de descuentos y contemplaciones para la luz. La preocupación por el bolsillo atraviesa a la clase media, asustada por las disparadas en los supermercados, los mayores costos del transporte y los aumentazos de la nafta.

En este paisaje, Tinelli ha venido a proponer un recreo. Los números muestran que muchos lo estaban esperando. Mientras tanto, el fútbol sigue enredado entre renuncias y peleas que por las porciones del negocio.

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