El nuevo canciller británico, centro de una ola de críticas
| 15 de Julio de 2016 | 02:19

Calificándolo de mentiroso, cobarde o bromista, la clase política de Europa recibió la designación de Boris Johnson, un euroescéptico, como ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido con un coro de consternación. El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, pasó de las sutilezas diplomáticas para preguntar cómo un hombre que dijo mentiras como líder de la campaña para salir de la Unión Europea (UE) en el referendo británico del mes pasado podría ser un interlocutor creíble.
“No estoy preocupado sobre Boris Johnson, pero durante la campaña mintió mucho al pueblo británico. Yo necesito un socio con quien pueda negociar y que sea claro, creíble y fiable”, declaró Ayrault.
Johnson fue acusado de engañar a los votantes sobre la cifra que el Reino Unido pagaba a la UE. La campaña por abandonar el bloque reconoció luego que el número fue inflado. El ex alcalde de Londres, que trabajó también como periodista, ha insultado o satirizado a varios líderes mundiales, entre ellos el presidente estadounidense Barack Obama, el mandatario turco Tayyip Erdogan y a los candidatos republicanos y demócratas que han aspirado a suceder a Obama.
La sucesora del ex primer ministro David Cameron, Theresa May, nombró a Johnson como canciller el miércoles y a otro veterano euroescéptico, David Davis, a cargo de las negociaciones del “brexit”.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo que la designación de Johnson era una clara señal de que el Reino Unido tenía la intención de salir de la UE. La canciller Angela Merkel declinó hacer declaraciones, pero Steinmeier indirectamente calificó al ex alcalde como “irresponsable”. Estas declaraciones fueron un anticipo de una potencial recepción hostil a Johnson en su primera reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la UE el lunes próximo en Bruselas.
El ex primer ministro belga Guy Verhofstadt, ahora el principal federalista liberal en el Parlamento europeo, resumió los sentimientos de muchos en el continente al escribir en Twitter: “Claramente el humor británico no tiene límites”. Rebecca Harms, líder del grupo ecologista Verdes en el legislativo de la UE, dijo: “Primero pensé que era una broma. Ahora no sé si reír o llorar. Pero sé que no es bueno cuando se premia la irresponsabilidad en la política”.
Algunas de las críticas más fuertes se originaron en los propios medios británicos. El diario Daily Mirror, de tendencia izquierdista, publicó una foto del entonces alcalde Johnson colgado de un cable en los Juegos Olímpicos de Londres usando un casco y agitando banderas del Reino Unido junto al texto: “Querido Mundo... perdón”.
Johnson, ha dicho una sarta de comentarios racistas y desconsiderados desde principios de su carrera como periodista. Se disculpó por eso y parece que volverá a hacerlo. Después de su sorpresivo nombramiento dijo que “EE UU será uno de los primeros de la lista” de disculpas, aparentemente debido a su comentario sobre la ascendencia del presidente Barack Obama. En abril, Johnson criticó a Obama por insinuar que Gran Bretaña debería quedarse en la UE y lo describió como “parcialmente keniano” que tenía un “desagrado ancestral por el imperio británico”.
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