Catamarca: la “Ruta del telar”

El proyecto, impulsado por la Secretaría de Turismo, la Secretaría de Agricultura familiar y la Cadena de Valor Lana-Fibra de la provincia, brinda las herramientas y recursos necesarios para la producción de tejidos artesanales en los municipios de Belén, Corral Quemado, Puerta de San José, Pozo de Piedra, San Fernando del Valle y Villa Vil.

Los productos, elaborados en telar criollo, se exhiben en algo más de 50 postas distribuidas en numerosas localidades a lo largo de 300 kilómetros y muestran el rescate cultural de una herencia indígena plasmada en técnicas textiles que desde épocas milenarias fueron transmitidas de generación en generación.

La propuesta nació a raíz de la necesidad de optimizar la comercialización de los productos textiles y artesanales de Belén, revalorizando el trabajo de los hilanderos y tejedores.

En 2003, estos artesanos fueron distinguidos por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como “Tesoros Humanos Vivos” y Catamarca los declaró su Patrimonio Cultural.

El recorrido de esta ruta permite visibilizar rasgos culturales de la región noroeste catamarqueña en cada uno de sus tejidos, que son elaborados no sólo como un sustento de vida sino como un mecanismo para mantener vivos el valor y el acervo ancestral en la región.

“La idea es que cada artesano encuentre un equilibrio entre lo que ama hacer y lo que los turistas esperan encontrar en su búsqueda por conocer los valores de una cultura artesanal de una riqueza increíble”, señaló la secretaria de Turismo de Catamarca, Natalia Ponferrada.

La base de la economía de esta ruta, en principio, era matriarcal, pero esa condición se diluyó con el tiempo y en la actualidad todo el grupo familiar trabaja hilando y tejiendo fibras de llama, oveja y vicuña, una actividad que desarrollan frente a los miles de turistas que visitan sus talleres para admirarlos y realizar compras.

Ponferrada subrayó que de esta forma “se busca el crecimiento paulatino de cada posta y del destino en el que la misma está ubicada compartiendo los recursos de ese lugar con los turistas”.

“El producto turístico Ruta del Telar crea un vínculo armonioso y equilibrado entre el patrimonio viviente, la identidad cultural catamarqueña y el valor y la experiencia turística”, destacó la funcionaria.

La posta Rua Chaki, ubicada en la jurisdicción de Belén y dedicada a la producción de ponchos, caminos de mesa, chales, capas, pies de camas, cubrecamas, puyos, corbatines y bufandas, es un claro ejemplo del crecimiento y la importancia comercial de la Ruta del Artesano.

Graciela Carrasco, una de las artesanas de ese lugar, comentó: “Recibimos pedidos de todos lados, llegamos a la Semana de la Moda en París, al BafWeek en Buenos Aires y mandamos nuestras prendas a Corea, Francia y otros países”.

“Siento mucho amor por este trabajo y le agradezco a Dios y a mi madre por haberlo aprendido y por poder transmitirle esta herramienta a mis hijos, que me verán tejer hasta que no tenga más fuerza”, afirmó Sara Margarita Delgado, de la posta Teleras del Famayfil, para graficar el valor de la transmisión de conocimientos y el poder de la cultura ancestral en la Ruta del Telar.

Por último, Lorenza Yapura, de la posta Manos a la Obra, ubicada en la jurisdicción de Corral Quemado y dedicada al tejido de lana de oveja y fibra de llama, recalcó que “mi mamá nos enseño a tejer a todos los hermanos, tanto varones como mujeres, y así nos transformamos en una familia que produce su propia lana de oveja o de llama y que logró transmitir los conocimientos de este oficio de generación en generación”.