Fiestas clandestinas: un oscuro negocio que no logran frenar

Creen que el evento en San Carlos fue la continuidad de uno que se hizo en Hernández

El encargado de la casaquinta donde se hizo la fiesta que el sábado terminó en desmadre, declaró ayer ante el fiscal que investiga el episodio, Fernando Cartasegna. Básicamente, Gustavo Correa (44) ratificó que le prestó el lugar a un adolescente para que celebrara su cumpleaños número 17, negó cualquier vinculación con un evento clandestino y confirmó que cuida de esa propiedad de 32 y 137 desde que el dueño le ofreció vivir allí, desde hace tres meses.

Sin embargo, a la sombra de esta fiesta que terminó con dos policías heridos, más de 100 jóvenes demorados y varios patrulleros y coches particulares rotos, los investigadores adivinan la mano de un grupo que “se dedicaría a organizar eventos clandestinos y virtuales”, dijeron fuentes judiciales.

Se trataría de cuatro jóvenes “que buscan casas con determinadas características, desocupadas o en alquiler, para montar estas fiestas y promocionarlas a través de las redes sociales”, explicó un pesquisa.

Esta hipótesis supone un interés que excede el mero deseo de divertirse y divertir a otros, teniendo en cuenta que varios testigos confirmaron haber pagado 50 pesos de entrada y el consumo en la barra, según los voceros consultados por este diario.

Antes del cuidador declaró en la fiscalía uno de los concurrentes a la fiesta, un hombre de 38 años que admitió haber pagado “100 pesos a cambio de dos litros de alcohol”, trascendió de fuentes oficiales.

En este punto no está de más recordar que entre los asistentes había varones y mujeres de entre 13 y 17 años, algunos de los cuales se retiraron del lugar “antes de las 3 de la mañana”, dijeron las fuentes, “incómodos por la presencia de adultos”.

Ayer al mediodía, en tanto, especialistas de Policía Científica desembarcaron en la casaquinta de San Carlos para realizar peritajes de planimetría, rastros, químicos y fotográficos, a pedido del fiscal. Cartasegna pretende determinar, entre otras cosas, si en el lugar se consumieron sustancias prohibidas.

“segunda fest”

Hasta ahora, lo que tienen acreditado en la causa es que “se promocionó a la fiesta por Facebook”, bajo el nombre “segunda fest”.

Dijo un investigador: “La primera fue en Hernández” y “el objetivo de la última era convocar más gente que en la anterior”. Y aunque el monto de la entrada era muy bajo, presumen los instructores “que la ganancia podía estar en la barra o en algún otro consumo”, teniendo en cuenta que la fiesta demandó gastos tales como “el alquiler de un show de luces, música y una máquina de humo y agua”.

Por eso, a los investigadores les resultá inverosímil la versión de Correa, quien refirió tener un “conocimiento casual” con el menor que supuestamente celebraba el cumpleaños y a quien le dejó la propiedad para que realizara una fiesta de esa magnitud. Es que esa noche el cuidador no estaba en la casa del fondo (que terminó destrozada en la estampida), pese a que los vecinos recordaron haber visto durante la tarde del viernes “movimientos que permitían adivinar que iba a ser grande”, agregaron fuentes del caso.

El “cumpleañero” ya está identificado y, eventualmente, será convocado a declarar acompañado por sus padres.

Desde la fiscalía aclararon que “organizar una fiesta privada no es un delito penal”, pero sí pueden encuadrarse en faltas contravencionales el cobro de una entrada sin habilitación ni condiciones de seguridad mínimas, o con venta de alcohol a menores, en un evento al que acceden adultos, entre otras irregularidades.

Por lo que se pudo establecer, en la propiedad de San Carlos no había matafuegos y solamente un baño, además de una “pileta con agua estancada, donde podría haber caído un chico, sin que nadie lo advirtiera”. No está claro si en la fiesta había algún tipo de seguridad o custodia, pero los investigadores no lo descartan ya que los gravísimos incidentes habrían comenzado dentro de la propiedad, con un grupo de jóvenes que atacaron a un menor y fueron retirados a la calle.

“un vacio legal”

Como ya se informó, todo se salió de control a las 3.30 de la mañana del sábado, con corridas y piedrazos que primero impactaron contra los autos estacionados, y luego contra los patrulleros que acudieron a calmar los disturbios. Un policía sufrió dos puntazos y otro el golpe de un ladrillo, que le pegó en su pómulo tras destrozar el vidrio de un móvil. Con municiones de goma pudieron contener y demorar a 43 mujeres y 74 hombres. De ese total, 51 eran menores.

En las próximas horas el fiscal se reunirá con autoridades de Control Urbano para coordinar medidas que prevengan situaciones como ésta, ya que, según coincidieron de distintos ámbitos, “hay un vacío legal”.

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