Cuidado, contenido...en casa

     Identidad. Pertenencia. Identificación. Palabras que esta vez no son solamente palabras. Valen para Lucas Licht. Se usaron para Rinaudo. Definen a Chirola Romero. Y hoy son sinónimo de la bienvenida a Lucas Lobos, tan esmirriado como hace 15 años cuando llegó de Unidos de Olmos, un junco, las piernas que parecen quebrarse y todo el talento nacido en el potrero transformado en un futbolista de alto rendimiento pero con espíritu amateur, que solamente quería despedirse con la franja azul cruzándole el pecho. En casa.

     No son sólo palabras las de Daniel Onofri: "Le hemos pedido a Lucas que nos dé una mano en transmitir a las generaciones jóvenes la importancia de vestir la camiseta de Gimnasia y el orgullo de ser parte de éste club". Lobos es un jugador en el final de su trayectoria; es impensable que sea el de 2005. No obstante, su presencia en Gimnasia es valiosa, pilar en un vestuario sano, espejo dónde los chicos -que hoy no tienen dónde mirarse- puedan encontrar un reflejo que los motive, que les haga sentir que se puede pasar del piso con más tierra que pasto al césped de España, México o el Monumental. 

     "La verdad que este momento me lo venía imaginando. Años atrás también me lo imaginaba. Tenía ese deseo de poder estar acá. Volver. Soy un agradecido a esta institución que me dio la oportunidad de poder mostrarme, de iniciar mi carrera y hoy me brinda la posibilidad de -tal vez- poder finalizarla. Me siento muy orgulloso y agradecido. Voy a tratar de disfrutar al máximo", Otras vez palabras, pero dichas desde el corazón. Felíz. Emocionado. Con papá, mamá y hermanos viviendo como propio este regreso al Lobo. "Era el momento de volver. Todos esos afectos, familia, amigos, hicieron que regresemos. Para nosotros después de tantos años afuera es comenzar de cero. Pero muy felices".

     Familia. Amigos. Olmos. Licht. Rinaudo. Chirola. El panorama será muy distinto al de la última etapa en México. "Llegó un momento en que nos sentíamos solos en Toluca. No jugaba, venía de una operación y cuando estas solo, el apoyo familiar influye mucho. Hoy tengo a la familia cerca y quiero aprovechar la oportunidad al máximo. Tratar de jugar". Jugar. Tratar. Palabras de nuevo. Claves. "Sé mi posición. Lo hablé con Alfaro y estoy agradecido por esa charla. En el contrato de nadie dice que va a jugar de titular. Quiero participar, ponerme bien físicamente y tratar de convencer al técnico. Esperemos que eso me lo gane en la cancha". Realista Lucas. Conocedor de un fútbol argentino más físico y corredor. Sapiente de que con la 10 en la espalda hay que acomodarse al lado del 5 o de mediapunta para poder jugar. "Lo importante es que las ganas están. Tengo una motivación muy linda". Maduro. Con ganas. Así está Lucas Lobos hoy, con 35 años.

     ¿Y la rodilla? La pregunta surge así, como si tuviese solamente una. La operada. La rebelde. "Si bien es una lesión que venía desde hace tiempo, me siento bien. Por momentos me molesta, por otros no. Trataremos de trabajarla". Sin ponerse plazos, se ilusiona con un par de semanas, con un plan de fortalecimiento muscular, con ir metiéndose en las prácticas de futbol. 

     En el corazón del triperío ya se metió. Desde hace años.

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