Científicos hacen planes energéticos para cuando se agote el petróleo
| 27 de Agosto de 2016 | 23:37

Un polémico estudio elaborado por los investigadores de la Universidad de California-Davis, Mark Z. Jacobson y Mark A. Delucchi y publicado en la revista ‘Energy Policy’ , asegura que el cien por cien de la energía que consume el planeta podría obtenerse de fuentes completamente limpias y renovables en un plazo de tres o cuatro décadas.
En el informe se asevera que esta energía tendría un costo comparable al de la energía convencional que se usa en la actualidad, y consideran que la conversión al nuevo sistema sería un reto como el del proyecto Apolo para llegar a la Luna.
El proyecto consiste en la utilización del 90 por ciento de la electricidad procedente de las fuentes eólicas y solares. El resto de la energía necesaria, un 8 por ciento, podría generarse a partir de las fuentes geotérmicas e hidroeléctricas, mientras que el restante 2 por ciento se extraería de la energía producida por el oleaje y las mareas.
Sin embargo, aunque los dos científicos han intentado dar respuesta a muchos de los interrogantes que se plantean en el sector de las energías renovables, la controversia ya está servida: según algunos investigadores, esta es una concepción demasiado optimista sobre el futuro de las energías limpias.
Para Antonio Chica, científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Tecnología Química de Valencia, “hay que ser muy prudente a la hora de afirmar que podemos surtirnos de energías renovables en el tiempo que indica este informe. No se puede prever el suministro futuro del petróleo o los conflictos que se puedan generar en torno a él. Aunque en cuestión tecnológica, sí es cierto que, por ejemplo, ya hay países que utilizan energía eólica o solar que produce electricidad en grandes cantidades y de una manera bastante fácil”.
Según Jacobson y Delucchi, los medios de transporte estarían movidos por energía eléctrica procedente de renovables, eliminando completamente la dependencia del petróleo. Coches, trenes, barcos serían impulsados por motores eléctricos alimentados por pilas de combustible, basadas en hidrógeno obtenido mediante electrólisis del agua.
“Ahora todas las grandes industrias del automóvil están trabajando en alternativas que no utilicen petróleo y las alternativas son baterías y pilas de combustible todavía en desarrollo. Esa investigación se debe a que la industria es consciente de que el petróleo tiene un tiempo limitado”, advierte el experto español.
“Pero es verdad que a ellos les da igual que sea petróleo, hidrógeno o cualquier tipo de energía, lo que les importa es que sea lo más barato y, por ahora, lo más barato sigue siendo el petróleo por la infraestructura ya existente que posee. El mercado no se va a mover porque se contamine más o menos. Los gobiernos son los que tendrían que regir los topes, así como los niveles de contaminación”, asevera también el científico.
Esta transición a estas nuevas formas de energía conlleva un gasto de adaptación tecnológico, pero lo más espectacular de este estudio es que Jacobson y Delucchi opinan que no hace falta que desarrollemos ninguna nueva tecnología porque esas tecnologías ya existen y se encuentran disponibles masivamente.
EL PLATINO
Según Antonio Chica, “en el caso de los sistemas móviles, es decir, medios de transporte, la implantación de las energías alternativas es más difícil, sobre todo por la tecnología necesaria para los automóviles, ya que las pilas de combustibles tienen muchos retos por delante. Uno de ellos es el uso, por ahora necesario, del platino, tanto para las células fotovoltaicas de las placas solares como para las pilas de combustible. No hay platino suficiente para todos los coches del mundo, teniendo en cuenta además que el parque automovilístico aumenta día a día”.
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