Historias mínimas en la ópera
| 10 de Septiembre de 2016 | 02:29

Los acontecimientos son mínimos: Un Reverendo que viaja por el país diseminando la palabra de Dios y su hija llegan a un taller del Chaco con el auto averiado y pasan el día ahí, a la espera de la refacción automovilística, cuando una tormenta se desata. ¿La época? Indescifrable. Podría haber sucedido hace años, podría estar pasando: el tiempo es suspenso.
Esta historia pequeña relata la novela de Selva Almada, “El viento que arrasa”, que a principios de temporada le llegó a la dramaturga platense de laureada carrera Beatriz Catani, con un encargo: producir una ópera para el TACEC, el Centro de Experimentación y Creación del Teatro Argentino que buscaba relanzarse.
El desafío para Catani, emparejada con el compositor Luis Menacho para la composición de esta ópera, era entonces doble: no sólo se trataba de crear de cero la obra, cuando el género habitualmente ofrece una partitura y un libreto del que partir, sino que además había que llevar una historia mínima a un drama operístico.
“A partir de la novela de Selva Almada, “El viento que arrasa”, primero construí un guión y a partir de eso una música original. Es todo creación”, relata Catani el proceso creativo que llevó varios meses y que, finalmente, se pondrá en escena este miércoles, quien fue la encargada de escribir el libreto a partir de la trama atomizada de Almada: “A partir de esa historia, los protagonistas multiplican sus historias de vida, nos cuentan cómo han sido sus vidas hasta acá, como han llegado allí”, explica la dramaturga egresada de la carrera de Historia en la UNLP, que revela en diálogo con EL DIA que a partir de esta noción de que la novela se encontraba en los interiores y los intersticios “intentamos algunos procedimientos: primero, organizamos espacialmente la escena”.
TRES RELACIONES
Catani ubicó a los cantantes, Sebastián Sorarrain y Guillermo Saidón, en el taller mecánico en que se desarrolla la acción; los actores Franco Bisccusi, Trinidad Falco, Graciela Martínez Christian, Germán Retola y Juan Manuel Unzaga están en “la noche”, interpretando a los perros narradores; y en una tercera instancia se encuentra la pantalla, donde se proyectará el pasado de los protagonistas de la historia.
A partir de esa concepción tripartita híbrida y multidisciplinaria de la ópera, Menacho organizó la parte musical. “Los tres registros narrativos me permitieron establecer tres relaciones diferentes entre música y texto”, afirma el compositor de “El viento que arrasa”, quien ubicó la parte operística tradicional con los cantantes, y compuso música incidental para las proyecciones audiovisuales y construyó un diálogo entre la música y la palabra hablada para los actores.
Así, una a una, puestista y compositor fueron sorteando los obstáculos del desafío comisionado por el TACEC: “La obra se va haciendo, y vamos viendo cuál es la forma”, reconocen quienes se encuentran en el lugar apropiado para la experimentación y que, además, están preparados por años de trabajo en el submundo del arte, donde todo se hace a pulmón, a encontrar soluciones a los problemas que surgen inevitablemente en el camino. Después de todo, como afirma Menacho, “estamos acostumbrados a trabajar en el mundo independiente, si hay que hacer los afiches, los hacemos”.
PARA AGENDAR
Qué: “El viento que arrasa”
Cuándo: miércoles 14, jueves 15, viernes 16 y sábado 17 de septiembre, a las 21
Dónde: TACEC, Teatro Argentino, 9 entre 51 y 53
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