Everton recuperó la sonrisa
| 12 de Septiembre de 2016 | 01:29

Por
Leandro Duba
COMENTARIO
E verton tenía la necesidad de ganar para encaminarse nuevamente en el grupo. La derrota entre semana en Bragado lo obligaba a sumar de a tres para mantenerse a la expectativa. Y lo hizo con justicia. Si bien pudo haber ganado por amplio margen, terminó conformándose con un apretado 2-1 ante Racing de Bavio, resultado que lo vuelve a poner en los primeros planos.
Racing comenzó mejor. Ordenado en todas sus líneas, presionando en cada sector del campo de juego y peligroso arriba. Sin embargo, esa buena propuesta futbolística comenzó a diluirse después de los 20 minutos, a partir del crecimiento que exhibieron algunos jugadores del equipo local, que a la postre, terminaron siendo claves en la victoria, como Juan Cruz García (marcó por duplicado), Matías Chapetta (el mejor de la cancha) y Federico Reichenbach, sobre todo en la parte complementaria, que siempre exigió con su velocidad.
A los 24, llegó el primer gol de la tarde. Tiro de esquina de Leandro Benítez; Catriel que la peina en el primer palo, y Juan Cruz García, apareciendo por detrás de todos, definió ante Castelli.
Racing, herido en su amor propio, se volcó al ataque. No fue tan profundo, pero siempre inquietó. A los 46, llegó el empate, cuando Ezequiel Díaz capitalizó un rebote dentro del área para dejar sin chances a Popi Benítez.
En el complemento, el Decano controló el partido con inteligencia. Peleó cada pelota como si fuera la última, manejó el medio y buscó siempre el arco de enfrente, ya sea por arriba o por abajo. A los 11 minutos, llegó el penal que Juan Cruz García transformó en gol.
De allí en adelante, el decano supo controlar los tiempos y hasta se dio el lujo de lastimar con las pelotas paradas de Leandro Benítez; mientras que Racing buscaba, a través de los pelotazos largos, algún error de los centrales para encontrar su premio. Lo tuvo con aquel penal que Popi Benítez le contuvo a Archivaldo Sives (a los 19) o el disparo por encima del travesaño de Brian Aldaz, cuando el partido se moría. También lo tuvo el Decano, pero en dos ocasiones, el arquero Santiago Castelli se lo impidió.
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