¿Por qué siempre es bueno seguir estudiando?
| 19 de Septiembre de 2016 | 01:40

Por Dra. MARIANA P. PACE*
¿Vale la pena tomarse el trabajo de estudiar a “cierta edad”? ¿Vale la pena realizar un curso sobre historia de la Opera o Ballet o quizás sobre el Teatro?
Estos interrogantes, siempre se nos plantean como las dudas inherentes a nuestra propia naturaleza humana. Y más allá de los interrogantes, más allá de las respuestas; el resultado es lo que cuenta, porque …..Sí, vale la pena estudiar. Sí, vale la pena cualquier esfuerzo intelectual y/o espiritual a cualquier edad que tengamos, pues detenernos, no implica quedarse en un mismo sitio, sino que detenerse en lo intelectual como en lo espiritual, es retroceder.
Y nada mejor para la persona, que querer ser todos los días un poco mejor persona; ese afán de superarse, y adquirir nuevos conocimientos, es lo que nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos, tener mayor autoestima y por consiguiente relacionarnos mejor con nuestros semejantes.
Que mejor que realizar un curso sobre temas que nos interesen y sobre todo en un lugar acogedor y ameno, donde el ambiente sea propicio para favorecer las relaciones humanas de compañerismo y amistad.
El ser humano no es solo una máquina que obra y piensa; es más que nada una personalidad con su sensibilidad y características propias, independientes de su edad, con cualidades y virtudes que ha desarrollado a lo largo de su vida, de su actividad profesional y de sus afectos, las cuales están íntimamente ligadas a su bienestar. Por ello, cultivar tanto el pensamiento, como el espíritu y su gusto por las bellas artes, hacen de los hombres verdaderos seres humanos, plenos y activos.
El Teatro, al igual que el psicoanálisis, es un espacio de autoconocimiento, la Opera también lo es (más allá de ser una manifestación artística, una suma de diferentes artes de más de 400 años que sigue viva gozando de plena salud); estudiar su historia, apreciarla, nos hace verla y reconocerla presente en el mundo que nos rodea, y que continua viviendo en nosotros mismos, en sus pasiones, amores, que nos sigue conmoviendo.
Toda actividad que realizamos, nos dice que estamos vivos y que solo desaparecemos si es que nos olvidan. Estudiar mantiene “vivo” tanto al objeto de estudio, como al que estudia.
Dar clase a adultos de “cierta edad” , el llevar adelante y desarrollar el temario del programa propuesto para el curso en tiempo y forma, establecer un ritmo de trabajo y estudio de forma participativa y dinámica, demuestra que se puede lograr un lugar ameno de trabajo y propicio para el aprendizaje, con una actitud abierta hacia el proceso de aprendizaje, aceptando y compatibilizando los valores de cada uno de los integrantes del grupo y sobre todo compartir conocimientos.
Por ello seguimos estudiando para recorrer el camino de viajeros imaginarios en la historia, seguir con la experiencia acumulada, pero preparándonos para el provenir.
* Directora escénica, artista plástica y ex bailarina clásica
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