El hogar de perros de Seguí solicita colaboraciones

El hogar de perros discapacitados “Titucha”, ubicado en Arturo Seguí, es único en la Región que sin tener ningún tipo de ayuda oficial da refugio a unos 800 animales, pero también los alimenta y los atiende en sus patologías. Sin embargo, los meses de verano son para quienes llevan adelante la obra, los más difíciles porque desciende casi a la mitad la donación de alimentos, algo esencial para la subsistencia de la institución.

Delia Rovatti, alma mater del espacio, señala que todos los animales están vacunados y atendidos, pero siempre necesitan alimentos y agradece el aporte de panaderías de la Región porque eso también los ayuda a mantener a los perros.

“La mayoría fue rescatada de la calle y sufrió algún tipo de lesión, hay renguitos, ciegos o muy viejitos, pero acá los recuperamos”, cuenta la proteccionista desde el gran predio donde los animales pueden desplazarse a sus anchas.

CUIDADOS PERSONALIZADOS

El hogar canino “Titucha”, se llama así en honor a su madre también proteccionista y, pese a la cantidad inimaginable de perros de todos los tamaños y colores, están identificados por nombres y para sus cuidadores tienen una identidad que habla de cada historia particular.

“Hay perritos como Linda, que dimos en adopción, pero tuvimos que traer de nuevo porque no se adaptó a sus nuevos dueños, no comía y se veía mal”, apunta Delia.

También hay algunos galgos, abandonados tras la reglamentación que prohibe las carreras de esa raza, algunos se ven mutilados, pero en Titucha volvieron a vivir.

“Los perros están contenidos, castrados, vacunados, desparasitados y agrupados en caniles por edades o carácter; todo lo que queremos es que no les falte el alimento y el que quiere conocer la obra se va a encontrar con animales felices”, agrega Delia.

Los perros arrancan el día a eso de las seis de la mañana y están en actividad hasta las 8 de la noche. El predio está dividido en caniles que cuentan con cuchas, caminos de madera, bebederos y canaletas en las que se deje el alimento balanceado.

Además están agrupados en sectores por edades o carácter para evitar conflictos en una población que es tan activa como numerosa.

Delia, junto a sus hijos, vive en un caserón, en el centro del terreno donde, según dice, tiene una visión panorámica de lo que ocurre en cada sector, una manera de tener todo bajo control.

“Hay unos 80 que tienen acceso a mi casa y a la noche se van todos para allá”, asegura la proteccionista, mientras señala a unos perros activos que corren de un lugar a otro.

Muchos salen a su encuentro, al punto de que la embisten y la hacen trastabillar, la voz de Delia los despierta y los pone eufóricos. Los perros corren, saltan, ladran, amagan mordiscos suaves para jugar; todo eso pasa hasta que escuchan el “basta” de su ama.

APELAN A LA SOLIDARIDAD

“Siempre nos tiran algún que otro cachorrito y nosotros los llevamos a la veterinaria para que los controle”, asegura Delia y agrega que en los últimos tres meses pudo dar en adopción unos 100 animales.

Esta familia numerosa también cuenta con el amor incondicional de Gladys, la responsable cada día de llevar las donaciones de comida.

Cabe destacarse que el hogar no recibe ningún tipo de ayuda oficial y que los 300 kilos de alimentos que requieren a diario son facilitados por recursos propios y por la donación de colaboradores.

“En el verano siempre baja la ayuda y pasamos momentos muy complicados porque ellos tienen que seguir comiendo y recién la gente vuelve a contactarse con nosotros en marzo o abril, por eso pedimos ayuda y que no se olviden”, dice la proteccionista.

Estela, su hija, aclara que en “Titucha” solo se pide que la gente acerque cosas concretas como alimento, tejido de alambre, postes, palos, cemento, tarimas, cuchas y materiales.

“Muchos se acercan un tiempo, pero son incapaces de atenderlos y acá no se necesitan tantas caricias porque están contenidos; tal vez es más importante que vengan para arreglarles un canil o para hacer una cucha”, apunta la joven.

Sin querer que la dirección de ese hogar se difunda en los medios, para evitar que les sigan tirando perros, las proteccionistas remarcan que toda ayuda para los animales es bienvenida y que quienes quieran sumarse a la obra pueden llamar a los teléfonos 473-3184 ó 15- 459-4180.

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