En un cuarto de hora hizo borrón y cuenta nueva
Edición Impresa | 1 de Octubre de 2017 | 05:57

Por MARTIN CABRERA
Estudiantes no quiso perder el tiempo. Fue a la feria con unos pesos y no dudó en comprar todas las ofertas. Llenó la canasta bien rápido y se fue contento para su casa. En el debut de Lucas Bernardi, goleó 3-0 a Temperley con tres goles en los primeros 16 minutos. Notable.
Un porcentaje importante de la victoria fue del técnico, que sorprendió con las inclusiones de Juan Otero y Pablo Lugüercio como delanteros, en reemplazo de Mariano Pavone y Lucas Melano. Bueno, ellos dos hicieron los primeros dos goles, al minuto de juego y a los 3. Mejor imposible, era aquella película de Robert De Niro. Ayer el protagonista fue el flamante técnico.
De todos modos, el mayor acierto fue la inclusión y la posición en la cancha de Gastón Fernández. Como enlace, de frente a los centrales y muy cerca de los puntas. Fue él quien participó en casi todo el juego ofensivo del equipo, el que asistió y el que cerró la goleada. La mejor noticia para Estudiantes, además del triunfo, fue su aparición. Es un jugador clave, determinante y con la frescura necesaria para recuperar el juego perdido.
El primer gol llegó al minuto de juego. Pelotazo largo desde el fondo de Fernando Zuqui para Juan Otero, que le ganó en el anticipo al paraguayo Riveros, le metió un caño a Gastón Aguirre y quedó increíblemente mano a mano con Josué Ayala. El colombiano definió de manera precisa para el 1-0.
No habían terminado de comentar en la platea oficial cómo el equipo local había marcado tan mal que llegó el segundo gol. Otro pelotazo, ahora del Chavo Desábato para que dentro del área Otero cabeceara para atrás y entonces Pablo Lugüercio, ingresando de izquierda para el centro, la paró de pecho y definió fuerte al palo derecho de Ayala. Golazo, otra vez con la presencia preferencial de Aguirre. Lo más sorprendente de todo es que iban apenas 3 minutos.
El tercero fue otro golazo, pero que terminó mejor de lo que comenzó. Pelotazo frontal para que los centrales locales volviesen a llenarse de dudas. En la escena aparecieron Otero y Lugüercio, pero ninguno pudo hacer nada para sacar la peltoa del vértice derecho. Hasta que apareció Gastón Fernández pidiendo pista y acarició el balón con su botín derecho, para clavarlo junto otro palo del arquero celeste, que se estiró pero nada pudo hacer. En 16 minutos Estudiantes había marcado los mismos goles que en cuatro fechas y los mismos que en dos rondas de la Copa Sudamericana,
En esos primeros minutos el juego del Pincha fue superlativo. Rápido, ordenado y oportuno. Equipo corto, con buen manejo de la pelota y eficaz dentro del área. Acertó Bernardi al colocar a dos puntas bien abiertas para abrir a la defensa y al poner a Gastón Fernández 15 metros por delante del círculo central con el equipo en ataque.
Tras el tercer gol la visita siguió siendo más, compacto y rápido de contra. Lo tuvo la Gata, pero esta vez Ayala se lució. También pudo ser de Zuqui, pero el arquero adivinó el palo. El Pincha cerró un primer tiempo de los mejores en mucho tiempo. De la noche a la mañana, con simples cambios y otra actitud se despertó un largo letargo que lo llevó a una crisis impensada.
AGUANTO Y CASI AUMENTA
En el segundo tiempo el trámite del partido cambió. El Celeste se fue para adelante en búsqueda de un rápido descuento. Alvarez metió dos cambios, modificó la línea defensiva y plantó un equipo con tres delanteros y un Marcos Figueroa como enlace.
Temperley fue más agresivo y con más nervios que fútbol buscó el gol. Estudiantes ya no estuvo tan fino ni rápido para salir del fondo, sino que aguantó. Pasó algún sofocón con jugadas que la platea reclamó mano dentro del área y algunos centros cruzados. Pero la más clara la tuvo Figueroa a los 32 minutos, cuando apareció sin marca por el segundo palo. Cerró los ojos le apuntó con fuerza. La pelota, para beneficio de Mariano Andújar, pegó abajo en el poste izquierdo.
En esos 45 minutos el equipo de Lucas Bernardi tuvo un par de chances como para extender el resultado.En una Otero la Gata y Zuqui abusaron de los pases y la pelota terminó en el lateral. La última tuvo como protagonista al Chapu Braña. Corrió 30 metros por el centro y cuando llegó al área no buscó abrir para Tití Rodríguez o la Gata sino que probó al arco. Contuvo arriba Ayala. Se le perdona porque iban 3-0 y el reloj marcaba los 30 minutos.
En el final llegaron los cambios, para darle respiro a los jugadores y para seguir amasando un triunfo tan necesario como el combustible para un auto. Ganó Estudiantes y cortó los malos resultados, dejó atrás las caras largas y enterró una etapa que quedará en el olvido. De paso el ciclo Bernardi arranco con el pie derecho (idéntico resultado al conseguido en Newell’s en su debut) y tomó una bocanada de oxígeno para propios y extraños. Ganó Estudiantes y lo que hace cinco días era todo oscuro ahora, al menos, tiene matices como para ilusionarse con otro transitar.
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