Me lo tomaba todo con mucha exigencia

Edición Impresa

“Aunque sigo en el mismo trabajo que cuando sufrí el ACV, en ese momento me lo tomaba con un grado de exigencia que me producía mucho estrés. Por ahí salia a las 8 de la noche y tenia siempre alguna actividad social. Fumaba mucho: hasta dos atados de cigarrillos por día y vivía a mil.

Fue un domingo a la tarde en casa mientras miraba televisión. De pronto sufri un dolor de cabeza muy fuerte, como si me pegaran con un matafuego en la nuca, y después no me acuerdo nada más hasta que me desperté al otro día en el hospital. Estuve veinte dias internada y tuve tres meses de recuperación. Después de eso empecé a tomarme las cosas con más calma y lo sigo haciendo. Pero estoy en proceso, no es fácil cambiar”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE