Altos y bajos

↑ La convicción. El plantel, de punta a punta, porque hasta jugadores que ocupan un segundo plano, como suplentes, lo hicieron saber en forma pública, están convencidos que este es el camino.

↑ El respaldo. Los seguidores del equipo, que fueron testigos de sendas derrotas de local en 6o y 118, ante Huracán y Lanús, dieron muestras de aprobar la propuesta. Eso vale mucho.

↑ Los goles. Cierto que no siempre llegaron por el camino del juego asociado, ese que pregona el modelo, pero convirtió siete, y la cifra está por encima de la mayoría de los equipos. Buen respaldo.

↓ El desequilibrio. No se ha mostrado para nada compacto, sino todo lo contrario. Las debilidades en defensa se trasladaron al resto, y dejaron ver una fuerza que no brindó seguridad alguna.

↓ Las peligrosas variantes. La conformación de la última línea resultó una de las principales sorpresas en este proceso. Defensa generalmente de tres hombres y Rinaudo de último. Un riesgo.

↓ Una cuestión de porcentaje. El número de llegadas que ha tenido en cada fecha no se trasladó al número de goles, más allá que los hizo. Por eso, deberá mejorar la calidad de definición.