El Gobierno sale del paso con un bono compensatorio: ¿será suficiente?

@mnspezzapria

Los bonos públicos se convirtieron en los “bomberos involuntarios” de las negociaciones políticas más calientes de este fin de año. El Gobierno nacional apeló nuevamente ayer a ese instrumento de financiamiento para tratar de recomponerse del sonoro resbalón legislativo del jueves, cuando la Cámara de Diputados no pudo sancionar la reforma previsional en medio de un escándalo.

En esta oportunidad, los bonos servirán para compensar a los jubilados y pensionados que cobren haberes inferiores a los 10.000 pesos, así como también a beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que en marzo de 2018 se verán perjudicados cuando entre en vigencia la nueva fórmula previsional, que los diputados volverán a debatir el próximo lunes en una sesión especial.

De esta manera, es decir abriendo la billetera de las arcas públicas, la administración del presidente Mauricio Macri consiguió el compromiso de los gobernadores provinciales –en especial los del PJ cuyos diputados se mostraron reacios a sentarse en sus bancas el jueves- para que avance la reforma previsional y se transforme en ley, puesto que ya tiene sanción del Senado.

Por eso el acuerdo fue anunciado ayer –según pudo constatar EL DIA en el salón de los Pasos Perdidos de la Cámara baja- por el radical Mario Negri y el macrista Nicolás Massot, jefes del interbloque de Cambiemos y de la bancada del PRO respectivamente, junto al salteño Pablo Kosiner, quien preside Argentina Federal, un nucleamiento de 35 diputados justicialistas.

“Los ministros de Macri llegaron al encuentro sin una propuesta concreta...solo hablaban de repetir la sesión el lunes

El legislador norteño, un dirigente de confianza del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, fue justamente uno de los diputados que no se sentaron a dar el quorum el último jueves, pese a que era parte del acuerdo que los mandatarios del PJ habían hecho con la Casa Rosada, tanto en materia previsional, como fiscal y tributaria, que forman la columna vertebral de las reformas.

Por eso el hecho de que Kosiner hiciera el anuncio de la sesión convocada para el lunes fue interpretado como un paso adelante para Cambiemos, en especial para sus espadas legislativas, que habían sufrido un duro revés cuando el kirchnerismo y legisladores de izquierda trasladaron al recinto el clima de violencia que se estaba viviendo en las calles por el accionar de la Gendarmería.

Eso provocó una notoria incomodidad en los diputados peronistas que debían dar el quorum, porque tanto ellos como los gobernadores del PJ no querían quedar pegados con la “represión” de esa fuerza de seguridad, cuyo comando le atribuyen a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Incluso algunos oficialistas como Elisa Carrió criticaron el operativo ordenado por la funcionaria.

En la misma línea, Negri pidió que el despliegue de las fuerzas de seguridad sea “proporcional” el próximo lunes, cuando volverá a reunirse la Cámara de Diputados por la reforma previsional. Pero el Gobierno sigue teniendo una postura dura frente a este tipo de manifestaciones, expresada tanto por la ministra Bullrich como por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el Presidente.

Tal vez por eso Macri y Peña no participaron personalmente ayer de las negociaciones. El mandatario estuvo toda la jornada en la quinta de Olivos –donde suele recluirse los viernes-, mientras que Peña delegó las gestiones en el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el titular de Hacienda, Nicolás Dujovne, quienes acudieron al Congreso a reunirse con los gobernadores.

Entre ellos estuvo la bonaerense María Eugenia Vidal, quien sentó postura a favor de la reforma previsional, en línea directa con la Casa Rosada. Según deslizaron a este diario fuentes legislativas, los ministros de Macri llegaron al encuentro sin una propuesta concreta y sólo perseguían el objetivo de que se repitiera la sesión caída el jueves, para asegurar la reforma previsional.

En este contexto se registraba ayer en la Cámara de Diputados una discusión técnica-legislativa sobre si realmente el oficialismo llegó a conseguir el quorum de 129 legisladores sentados en sus bancas, pero a la luz del acuerdo posterior con los gobernadores, quedó en un segundo plano. En rigor, lo que importa ahora es si la sesión convocada para el lunes puede llegar a prosperar.

A juzgar por el comportamiento en el recinto el último jueves, no debería descartarse que el kirchnerismo intente boicotear la sesión especial del lunes, así como también otras fuerzas menores de izquierda. Mientras que otros bloques como el massismo seguramente no darán el quorum, pero se quedarán a debatir en caso de que Cambiemos y sus aliados lo consigan.

“Negri pidió que el despliegue de las fuerzas de seguridad “sea proporcional” , cuando se trate la de nuevo la reforma

Los seguidores de la senadora Cristina Kirchner están convencidos de que la reforma previsional es una evidencia concreta de lo que Unidad Ciudadana denunció en la última campaña electoral: que el gobierno macrista implementará un “ajuste salvaje” el año próximo. También especulan con la posibilidad de que el recorte a los jubilados impacte negativamente en la imagen presidencial.

“Va a haber quilombo”, pronosticaban por lo bajo en los días previos a la sesión que terminó en escándalo dentro del recinto de la Cámara de Diputados y con un verdadero desbande en las calles cercanas al Congreso, donde fueron quemados automóviles, containers de basura y destruidas las vidrieras de una decena de negocios, todo en medio de los gases lacrimógenos de la Gendarmería.

Al Gobierno no le sentaron bien las imágenes del caos y la violencia, propias de momentos de crisis profundas, lejanas a la situación actual. La confusión lo llevó primero a pensar en dictar un decreto para poner en vigencia la reforma previsional, pero Carrió lo objetó con sobradas razones jurídicas y políticas. Luego comprendió que las negociaciones requerían de un golpe de horno.

Así llegó ayer al acuerdo con los gobernadores, no todos pero los necesarios, aunque otra vez comprometiendo bonos públicos, como cuando los mandatarios se resistían a firmar el pacto fiscal y la Casa Rosada los convenció por medio de un título que demandará 80.000 millones de pesos en 2018. En este caso, serán otros 4.000 millones en marzo. Todo sea por llegar en paz a fin de año.