El deterioro externo opaca el repunte

Son las caras de una misma moneda. Mientras la balanza comercial no deja de deteriorarse, la actividad económica muestra un claro repunte que para el mes de octubre alcanzó 5,2 por ciento, según el EMAE que mide el Indec.

Sin embargo, la constante merma en los términos de intercambio, no puede menos que impactar en el resultado de toda la economías, como claramente quedó demostrado con la reciente minicorrida del dólar, una devaluación en la práctica, permitida por las autoridades, que no salieron en ningún momento a frenarla debido a que se admite el “atraso cambiario”.

Lo cierto es que las cuentas externas siguen deteriorándose y de acuerdo a datos oficiales, las exportaciones totalizaron 4.610 millones de dólares en noviembre (con una merma de 5% anual). En tanto, las importaciones sumaron 6.151 millones de dólares con un incremento de 30% anual. Como resultado, el déficit comercial en noviembre fue de 1.541 millones de dólares y acumula 7.657 millones en lo que va de 2017. Y el déficit ya es el más alto del que se tenga registro.

La coyuntura macroeconómica (crecimiento apalancado en inversiones, atraso cambiario y apertura comercial) explica el deterioro del saldo comercial. Las exportaciones crecen a un ritmo cansino. Los despachos al exterior medidos en volumen cayeron 6,2% en noviembre (0,1% de suba acumulado). A nivel de rubros, las manufacturas industriales muestran un buen desempeño (4% anual, 11% acumulado) motivado fuertemente por la recuperación brasileña. Por otra parte, el sector agropecuario sigue atravesando dificultades. Por caso, las ventas al exterior de productos descendieron un 1% interanual (6% acumulado), mientras que las manufacturas de origen agropecuario cayeron 17% interanual (con una baja de 2,4% acumulado). Las importaciones tomaron impulso en noviembre. Las compras al exterior se expandieron 30% anual y acumulan una suba de 20% interanual.

Dada la fuerte correlación que existe entre crecimiento e importaciones, el déficit comercial deberá ser tolerado por el momento, aunque será importante comenzar a sanear el déficit comercial y evitar que la Argentina se encuentre vulnerable ante un shock externo debido a sus problemas estructurales, y al creciente endeudamiento.