Un taxi se despistó con pasajeros a bordo y terminó adentro de la fuente de 7 y 32

Un taxi se despistó esta madrugada en la esquina de 7 y 32 y como consecuencia terminó chocado y hundido en la fuente de agua que se encuentra la peligrosa intersección, mientras que dos mujeres que viajaban como pasajeras fueron hospitalizadas, informaron fuentes oficiales.

El episodio se desencadenó poco después de las 5 hs. por causas que todavía no fueron establecidas. Según los primeros trascendidos, el chofer perdió el control del vehículo y se fue derecho contra las rejas de la estructura (que quedó destrozada), surcó la fuente casi en línea recta y terminó impactando contra la parte interna del paredón opuesta de donde ingresó. 

Como se dijo, dos mujeres que viajaban en la parte trasera sufrieron golpes y fueron derivadas a un centro médico cercano. En tanto, el conductor resultó ileso. Y en cuanto al coche, quedó seriamente comprometida la carrocería de la parte delantera.

Alrededor de las 8 hs. se montaba en el lugar un operativo de tránsito mientras se realizaban las tareas para retirar el vehículo de la fuente.

"Se me cruzó en rojo"

En diálogo con La Redonda, el taxista que se vio involucrado en un accidente vial en la fuente de agua de 7 y 32, sostuvo que el episodio de desencadenó cuando a su paso intentó esquivar a un auto que cruzó la intersección en rojo.

"La luz estaba en verde, había pasado un chico (o una chica) , y traté de esquivarlo. No me di cuenta que el auto se me fue de largo, y cuando quise frenar ya no podía hacerlo bien", relató el hombre.

"Traté de esquivar, porque si seguía derecho hubiese sido más grave", añadió.

El conductor aclaró que la persona que se habría interpuesto a su paso se desplazaba "en un auto, se me cruzó en rojo". 

"Gracias a Dios no pasó nada", exclamó.

Respecto de las pasajeras sostuvo que "las chicas tienen unos 25 años" y que  no tenían cinturón puesto. Yo sí."

Y agregó que "una no estaba asustada, la otra sí. Sólo tenía un chichón ella. De milagro no se hizo nada".

"Una señora en la estación de servicio me dijo que hay que agradecerle a Dios, porque si ves el auto está destruido adelante", concluyó.