Ya está en marcha una compleja disputa salarial
| 2 de Febrero de 2017 | 02:59

Por RICARDO ROSALES
A poco andar el año, ya asoma el debate salarial con ofertas muy divergentes y promesas de conflictos, en especial en el sector público.
Las pautas oficiales, ya sean de las provincias o de la Nación, rondan el 18 por ciento, un valor muy lejos del resultado inflacionario de 2016 y de las expectativas sindicales de recuperar lo perdido.
El punto de la negociación se inicia con dos opciones conocidas y recurrentes.
Los gobernadores, sin distinción de origen político y la Nación, fijan una pauta mirando la inflación esperada.
De acuerdo con el Presupuesto de este año el estimado del 17 por ciento de inflación; en realidad se ubicará entre el 20 y el 22 por ciento, según la mayoría de los analistas.
Para la mayoría de las provincias la inflación de 2016 fue entre 6 y 7 puntos más baja que la registrada por el Indec
La parte sindical, a su vez, mira la inflación acumulada que ronde el 40%.
En un año electoral a los ejecutivos gobernantes de cualquier color, les urge cerrar la negociación salarial pronto y si hubiera conflictos, que ocurrieran en esta primera parte del año. No hacia mitad de año o muy cerca de la fecha de los comicios.
De cualquier manera, las restricciones fiscales son muy fuertes como para que los gobernadores abran la mano y se muestren generosos con ajustes salariales más altos.
Esa es una razón bastante determinante.
La segunda, para la gran mayoría de las provincias, es que la inflación anual de 2016 fue entre 6 y 7 puntos más baja que la registrada por el Indec.
Córdoba o Mendoza, tienen índices inferiores.
El dato anual es del 34,4% para los precios cordobeses, en tanto que la medición mendocina para el período abril-diciembre es del 15%. La de San Luis es de 31,4%.
La diferencia tiene que ver básicamente con las subas de las tarifas. En capital federal el y en el Gran Buenos Aires disfrutaron durante los años K de fuertes subsidios a los consumos de electricidad, gas y transporte público.
No fue igual en el interior, con tarifas muy superiores, y que por esa razón recibieron ajustes menores durante el 2016.
Estas circunstancias quizás representen una recuperación mayor del consumo en las provincias en este año si los aumentos salariales fueran similares.
Habrá que esperar y ver cómo avanzan estas negociaciones.
Aunque parece difícil que los porcentajes sean muy superiores a la inflación esperada.
La administración del presidente Mauricio Macri apuesta a que bajen fuerte los precios este año, y para lograr esa meta también necesita que las ganancias de salarios estén en la misma línea.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio pronosticó una suba del 17%, asegurando que se consolidó ese techo inflacionario.
Prometió, igualmente, una reforma impositiva hacia mitad de año.
En vísperas del año electoral y con los coletazos en el mundo que protagoniza el presidente Trump, son objetivos exigentes.
NADA SERA FACIL
La Argentina se recupera de la recesión del 2016 con una expectativa de crecimiento este año.
Pero nada parece fácil, si se tiene en cuenta que empalmar esta mejora con una etapa de crecimiento sostenido depende de otros condimentos más complejos, como los aciertos que pueda lograr el gobierno nacional, el comportamiento de la oposición y el resultado de las elecciones de octubre, sin olvidar por cierto la evolución de la economía internacional.
La administración de Mauricio Macri apuesta a que los precios bajen fuerte y para lograrlo necesita que los salarios estén en esa línea
El gradualismo es la decisión política que ha privilegiado el presidente Macri en materia económica.
Navegando en un estrecho andarivel que le permita avanzar con algunas reformas y al mismo tiempo, eludir un ajuste social mayor.
El riesgo que asoma ahora es que apenas comiencen a generalizarse los llamados brotes verdes de una recuperación, la coyuntura se descarrile por un exceso de conformismo.
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