Lanús Campeón

El fútbol se resiste a volver a escena, pero ayer mostró algo, se dejó ver, y fue en el marco de una noche verdaderamente espectacular, con epicentro en el Estadio Ciudad de La Plata, bajo un diluvio por momentos, tribunas llenas de música y color, y dos equipos con propuestas verdaderamente interesantes. No servía el empate, claro, porque llevaba a los penales, así que ambos salieron a jugar con el espíritu de campeón.

En este marco se encontraron River, ganador de la Copa Argentina, y Lanús, el mejor del último campeonato de Primera, con la Supercopa Argentina como objetivo. Y sin atender las condiciones del tiempo, muy desfavorables, cuando el árbitro ordenó el comienzo del juego, unos y otros fueron por todo. El equipo que dirige Marcelo Gallardo presionando lejos, para no dejar armar a su rival. Los Granates esperando en terreno propio, para salir rápido de contra, afirmándose en pases largos para ganar metros.

Sorprendió Driussi llegando por atrás a un centro cruzado por Mora, una posición adelantada dejó en la nada un penal cobrado por Germán Delfino, Alejandro Silva no encontró el arco en una corrida con todo a favor y el arquero sacó abajo, contra un palo, un zurdazo largo de un muy participativo Nacho Fernández. Partido de ida y vuelta, con dinámica y llegadas sobre los arcos. A la altura de sus protagonistas, los últimos campeones de este fútbol argentino que tarda más de lo imaginado en normalizarse a nivel local.

Reapareció la lluvia cuando los equipos volvieron a la cancha para jugar el segundo tiempo, pero fue como que miraron para otro lado, y adaptándose a las condiciones generales, incluyendo esto el terreno y el desgaste, continuaron con las mismas buenas intenciones. Alentados desde afuera por seguidores que exhibieron una pasión a prueba de agua, pues cuando más lluvia cayó, el griterío se hizo escuchar más. Eso si, los ataques a fondo resultaron cada vez más espaciados.

Cuando los entrenadores empezaron a buscar soluciones en el banco de los suplentes, Gallardo al primero que miró fue a Carlos Auzqui, recién llegado de Estudiantes, aunque un minuto después, la pelota le quedó a Lautaro Acosta dentro del área, servida para que sacara un bombazo inatajable para Batalla.

Se apuró más River, sin que eso marcara algún tipo de progreso en su juego, y Lanús, de contra aseguró la final a los 35 con una corrida por la derecha, centro y cabezazo al segundo palo del ingresado Pasquini. Golpe de nocaut, y uno más: José Sand con un penal que fue mal cobrado, tras una infracción afuera del área.