Un mes de impunidad: sin pistas por el doble crimen en La Granja

El 17 de febrero pasado también fue viernes. Ese día, hace un mes, Pablo Jesús Vaccaro (74) y su mujer Rosa Diaco (66) fueron masacrados por delincuentes que los sorprendieron en su chalet de 143 y 520, entre las 8 y las 9 de la noche. Se sabe que a ella la atacaron en el comedor y que a él le destrozaron la cabeza en la cocina. A los dos los mataron a golpes. Y no es mucho más lo que se sabe, salvo que los encontró uno de sus hijos, cuando fue a entregarles la invitación para el cumpleaños de 15 de su nieta.

A un mes de este doble homicidio que causó una verdadera conmoción en La Granja, donde el matrimonio era muy querido, las incógnitas siguen siendo las mismas que las del principio. Por lo bajo los investigadores reconocen tener algunas pistas, pero son herméticos a la hora de hablar de ellas para no “complicar la causa”.

Lo concreto es que no hay detenidos, aunque se mantiene la hipótesis oficial de que se trató de un intento de asalto “que se salió de control”, mientras en el barrio siguen convencidos de que a Pablo y a Rosa los asesinaron en venganza por la denuncia que hicieron del robo que sufrieron el día de Navidad.

De hecho, vecinos de las víctimas confirmaron ayer a este diario que “la saña con la que les quitaron la vida” tiene relación directa con aquel ataque previo.

Mientras tanto, en el círculo familiar de este matrimonio de feriantes prefieren no descartar ningún móvil y lamentan “la falta de novedades” en la pesquisa.

“NO MATARON A DOS ANIMALES”

Luis Diaco (60) es uno de los hermanos de la mujer asesinada. “No tenemos ninguna novedad, la Policía no volvió a comunicarse con la familia; como si hubieran matado a dos animales y no a dos seres humanos”, analizó, enojado. En una charla con EL DIA, avanzó también en su deseo de que “ojalá nadie pase por una situación así de dolorosa. Por eso queremos justicia”.

Respecto de las sospechas de los vecinos en relación con una supuesta venganza por el robo previo, Luis reveló que su hermana y su cuñado “lo denunciaron por el trámite que tenían que hacer ante la compañía de seguros, no para culpar a nadie”. De hecho, por aquel escruche ocurrido el 25 de diciembre del año pasado, en el que intrusos se llevaron todos los ahorros de las víctimas, nunca hubo detenidos. ¿Por qué alguien querría vengarse?

Por eso los investigadores prefieren la teoría de que los criminales atacaron a las víctimas a golpes para que revelaran dónde guardaban dinero y como ellas no lo dijeron, o directamente no tenían la plata que les pedían, las asesinaron.

En aquellos agobiantes días de febrero la tristeza se mezcló con la bronca en las calles de La Granja, tanto, que seis días después del doble homicidio familiares y vecinos se concentraron frente a la escena y caminaron en silencio, por justicia.

“Fue el único reclamo que hicimos y por ahora no estamos pensando en hacer otro”, contó Luis, no sin explicar que esto obedece a que “todavía estamos muy mal, destrozados”.

“Después de que los asesinaron la familia sólo entró en la casa para limpiar y ordenar todo, pero ni yo ni mis hermanos volvimos. No nos sentimos con fuerzas para eso. La dejamos bien cerrada y como somos varios los que vivimos en el barrio, nos ocupamos de pasar para vigilar por si hay algún movimiento raro”, reveló.

El miedo a la inseguridad después de la tragedia, que se encadenó a otra, mucho más íntima.

“El día que los mataron mi hermana Rosa había ido a cuidar a otra hermana a su casa de Ringuelet, porque tenía una enfermedad terminal. Al final, ella falleció justo una semana después. Ni alcanzó a enterarse de que asesinaron a Rosa y fueron dos golpes muy duros para mi familia”, reconoció Luis.

Un mes después, el hombre tuvo palabras de reconocimiento para con los vecinos de Pablo y Rosa, que son también los suyos.

“Ellos tratan de darnos fuerzas a nosotros y sabemos que los respetaban y apreciaban mucho”, aseguró, perfectamente al tanto de que saben que “es muy injusto que hayan matado a dos personas muy buenas”, acotó.