“Nos pasamos a un privado en busca de previsibilidad”

Cuando el fantasma de los paros es el motor para la elección de una escuela privada

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Jazmín tiene 8 años y desde que empezó el primario cursa en una escuela privada. Antes, en el jardín, fue a una escuela pública y Roxana (45), la mamá de Jazmín, estaba conforme tanto con el nivel de enseñanza como con todo el personal de la escuela. “La puse en un privado cuando empezó la primaria por los paros. Fue la única razón. Yo entiendo el reclamo docente. Y sé que es mucho más profundo que una cuestión salarial. Que reclaman por las condiciones edilicias en las que están las escuelas, por los comedores. Pero yo trabajo y no tengo con quién dejar la nena cuando hay paro, entonces decidí inscribirla en un privado”, cuenta.

La historia de Yanina Benítez es similar. Ella decidió anotar desde el principio a su hija Luisana Coronel en un colegio privado de Los Hornos, “sólo para evitar los paros”.

“Luisana cursó primer grado el año pasado y no tuvo ningún paro, mientras en las públicas hubo varios”, dice Yanina.

Para algunos especialistas en Educación, una de las consecuencias determinadas por las discontinuidades es el paso de alumnos desde escuelas públicas a privadas.

Un argumento en el que no todos coinciden, ya que fuentes gremiales destacan que si bien creció la matrícula de las escuelas privadas, no se reujo la de las públicas.

Según un informe de la Dirección General de Educación, en los últimos 10 años, “la educación de gestión estatal incrementó su matrícula en 43.006 alumnos, mientras que la matrícula de gestión privada aumentó en 233.368 alumnos más”.

El mismo informe indica que “esta diferencia se profundiza más al analizar el nivel primario: mientras que la gestión estatal perdió 56.288 alumnos, la matrícula de gestión privada aumentó en 100.139 alumnos”.

otros estudios

Hay otros estudios que sacan conclusiones similares. Uno de ellos, elaborado por el Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano y difundido en octubre del año pasado indica que las primarias de gestión estatal perdieron el año pasado en todo el país poco más de 20 mil alumnos con respecto al ciclo lectivo anterior mientras que sus pares privadas incorporaron en el mismo lapso una cantidad similar.

El informe agrega que a lo largo de los últimos catorce años 433.549 estudiantes migraron hacia colegios arancelados en todo el país y su número no para de crecer.

El estudio se basa en los anuarios estadísticos del Ministerio de Educación de la Nación.

Aunque las escuelas de gestión estatal siguen concentrando la mayor cantidad de estudiantes en el país (cerca de un 70%), abunda el informe, “de cada 100 alumnos que se incorporaron al sistema de educación común obligatorio entre 2003 y 2015, 81 optaron por las escuelas privadas y 19 por las estatales, lo que se traduce en una merma de la matrícula estatal del 12%.

Este retroceso de la matrícula estatal en la primaria resulta particularmente notorio en primer grado, indica el informe.

Según el mismo trabajo en 2015 se anotó un 18% menos de alumnos en primer grado que los que lo hicieron en el año 2003.

Otro trabajo, de la Asociación Civil de Institutos de Enseñanza Privada de Buenos Aires, dice que un 40% de la matrícula escolar primaria que tiene la Provincia asiste ya a escuelas de gestión privada y que ese porcentaje, que alcanza hasta el 60% en las localidades con poder adquisitivo más alto.

cuestiones de gestion

Desde el Instituto para el Desarrollo Social Argentino –un centro de estudios según el cual las escuelas privadas pasaron de representar del 25 al 29% de la matrícula primaria en Argentina entre 2004 y 2014- los factores que más inciden sobre este fenómeno no tienen que ver con lo pedagógico sino con lo estructural según se indicó al dar a conocer este trabajo.

“En Argentina no está demostrado que las escuelas privadas tengan mejor calidad educativa. Hay muchas escuelas privadas que no son mejores que las estatales y viceversa. Cuando eligen a las privadas lo hacen intentando escapar de las clases perdidas por conflictos laborales, ausentismo docente, laxitud en las reglas de conducta y problemas de infraestructura. Es decir, cuestiones básicas de gestión”, sostuvieron oportunamente los investigadores de IDESA.

 

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