Ingreso a Medicina, con más alumnos y menos profesores

“Las expectativas para este año son muy malas”, sentenció la decana de la facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, Ana Lía Errecalde, tras hacer hincapié en que los ingresantes podrían llegar a duplicar a los del 2016 y a que contarán con “menos docentes” a raíz de “renuncias” que obedecerían a la “mala experiencia del anterior ciclo académico”.

El curso pasado, primero con ingreso irrestricto desde 1992, arrancaron el primer año de la carrera de Medicina 3.074 estudiantes: 2.678 inscriptos en noviembre del 2015 para empezar en 2016, más los 396 que habían aprobado el curso de ingreso eliminatorio anual que se realizó durante todo 2015.

Se dio una clara situación de inequidad. Aquellos 396 jóvenes cursaron durante un año ocho materias, superaron parciales, recuperatorios y exámenes finales, y festejaron a lo grande haber entrado a la carrera elegida.

“Los inscriptos para cursar 1º año son 2.763 y hay 2.700 potenciales recursantes, de modo que podemos llegar a tener el doble de alumnos que en 2016”

Resulta que el 11 de noviembre de 2015, cuando arrancaba el plazo para anotarse en las distintas carreras de la UNLP para el ciclo 2016, el Congreso de la Nación modificó la Ley de Educación Superior y “universalizó” el ingreso irrestricto. Así, quienes fueron a la facultad de 60 y 120 para inscribirse al curso anual eliminatorio 2016 se encontraron, para su sorpresa, con que ya eran alumnos de la carrera. La noticia provocó un efecto dominó y el número de aspirantes se multiplicó respecto de años anteriores, empujados por la eliminación del examen de admisión.

Ahora se viene lo que se sabía, aunque en Medicina esperaban que una suerte de milagro lo detuviera. A los inscriptos para este año lectivo -2.859 alumnos de los cuales quedaron 2.763 tras el curso de nivelación no eliminatorio por no cumplir con el porcentaje de asistencia obligatorio- se sumarán los recursantes del ciclo académico anterior.

Seguramente no se sumen todos, pues algunos ya habrán cambiado de carrera u optado por otro camino de vida, pero lo cierto es que hay 2.700 recursantes potenciales.

Suponiendo que se reinscriba solamente la mitad, las aulas de primer año de Medicina verán desfilar en los próximos días a unos 4.200 alumnos. La unidad académica ya conoce de primeros años con casi 5.000 estudiantes, antes de que se instaurase el examen de ingreso en 1992.

El curso de nivelación ya dio una pauta de lo que pueden ser las clases del primer año de la carrera.

Se desarrolló desde el 16 de enero hasta el 7 de abril. Fueron doce semanas de cursada.

“Debido al gran número de inscriptos (como se dijo, 2.859), se los dividió en cinco turnos diarios. Los alumnos cursaron dos horas y media tres veces por semana. Si bien la idea original era que lo hiciesen de lunes a sábado, la facultad se vio superada en cuanto a la capacidad áulica y la estructura docente”, comentaron en la casa de estudios.

Errecalde dijo que confían en que el curso de nivelación ayude a superar en parte “el enorme desfasaje que se notó el año pasado entre los conocimientos que los chicos traían del secundario y lo que exige una universidad”, aunque todos coinciden en avenida 60 en que “en dos meses no se puede hacer magia”.

La profesora contó que la semana que pasó dio inicio “la inscripción de los recursantes por materia, de manera tal que hasta no tener el número definitivo de alumnos no se van a poder organizar las cursadas”.

En 2016, cátedras como Anatomía e Histología organizaron comisiones de 50 alumnos, un número que “atenta contra el dictado de buenas clases prácticas”, apuntaron los docentes. Pero ahora podría pasarse de unos 3.000 ingresantes a más de 4.000, ó 5.000 si es que se apunta en las asignaturas la mayoría de los recursantes.

Pero a la masividad, en 2016 se sumó que la cantidad de prácticas se redujo un 75%: de dos por semana cuando había ingreso eliminatorio a una cada 15 días.

Menos clases, comisiones superpobladas, un recuperatorio por parcial en lugar de dos. Esas decisiones, sumadas al bochazo masivo en los primeros exámenes y al método múltiple choice que se utilizó para evaluar, derivó en una durísima pelea entre el decanato, el centro de estudiantes y el Rectorado, que resolvió prácticamente “intervenir” la facultad para implementar más fechas de recuperatorios, revisar las correcciones de las pruebas, y hasta indagar sobre el uso del presupuesto de la unidad académica.

La movida terminó en la nada, pues no fueron pocos los profesores y hasta decanos de otras facultades que -en voz baja- admitieron que se trataba de una intromisión inconcebible.

Sobre el ciclo académico 2017 que está a punto de comenzar, desde la conducción de Medicina indicaron a este diario que “las aulas y laboratorios son los mismos que el año pasado y que los anteriores, cuando teníamos 500 alumnos”.

“En cuanto al personal docente este año se suma un gran problema, pues algunos han renunciado. Como en 2016 ya se vieron desbordados por la cantidad de alumnos, al saber que ahora será mayor decidieron irse”, aseguró la titular de Histología “A”, Ana Errecalde.

“Este año habrá menos docentes. Algunos renunciaron sabiendo las condiciones en que tendrían que dar clases”

Consultada sobre si habrá cambios en materia de recuperatorios, teniendo en cuenta que fue uno de los principales reclamos que hicieron estudiantes y consejeros superiores el año anterior, la médica apuntó que “(el hecho de que haya uno solo) es una resolución del consejo directivo que sigue vigente”.

“El año pasado las cátedras estuvieron trabajando al máximo de sus posibilidades, de modo tal que, con el doble de alumnos que podemos llegar a tener si se inscriben todos los que tienen la oportunidad de recusar asignaturas, las expectativas para este ciclo son muy malas”, opinó.

Añadió que están “muy preocupados discutiendo la problemática en cada cátedra, para ver en qué medida podemos mejorar las clases a nuestros alumnos y para no sentirnos tan frustrados nosotros como docentes”.