Murió el hombre baleado cuando le robaron la moto en San Carlos

Javier Bava, de 54 años, estaba grave desde el martes. Le dieron un escopetazo en la pierna derecha

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A última hora del miércoles murió Javier Bava (54), el hombre que el martes manejaba una moto de alta cilindrada por San Carlos y sufrió un balazo de escopeta en una pierna mientras le robaban su vehículo.

El caso generó la conmoción de sus familiares, amigos y compañeros de trabajo: cuando todavía se esperaba un milagro, unas 30 personas aguardaban las novedades médicas en la guardia del Policlínico, al día siguiente de su ingreso en el hospital.

Desde el vamos la situación del paciente era gravísima. Había llegado al centro sanitario en coma e inestable. El principal problema fue la gran cantidad de sangre que perdió porque el escopetazo le rompió la arteria poplítea, a la altura del gemelo de una pierna.

A poco de ser internado quedó en coma. En segundo plano había quedado la chance de que su pierna fuera amputada. Primero los médicos debían estabilizarlo. El desenlace trágico se dio cerca de las 23.30 del miércoles, 30 horas después del robo.

Pasadas las 17.30 del martes, Javier volvía de su trabajo -en una metalúrgica y plegadora- hacia su casa en Gambier. En ese camino, le siguieron el paso tres delincuentes en un auto, a partir de un punto que por el momento no fue individualizado.

Para Gerardo (55), a su hermano lo eligieron “al voleo”. En minutos quedó claro que lo único que les interesaba a los ladrones era sacarle la moto Honda Falcon de 400 cc.

De repente, en 145 entre 45 y 46, una cuadra particularmente oscura, el ladrón que manejaba aceleró y chocó por detrás al motociclista. “El mismo me contó que lo encerraron y que lo hicieron caer al piso”, aseguró Gerardo, que recibió el llamado de auxilio de su hermano en ese momento.

Cuando Javier cayó sobre la tierra que hay al costado de la calle, uno de los asaltantes se bajó del auto en el que iban -un Chevrolet Corsa gris sin patente- y lo amenazó con un arma larga, al parecer una escopeta.

La víctima no pudo oponer resistencia de ningún tipo. La familia Bava le adjudicó la decisión de balearlo a la “locura” de los delincuentes. “Solamente querían la moto. No le sacaron plata ni el celular”, sostuvo Gerardo. Dos días y medio después de la secuencia, sigue sin haber rastros de los ladrones, que en aquel momento se fugaron hacia Los Hornos.

 

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