Se fuerza la máquina

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Por IRENE BIANCHI

“EL OTRO LADO DE LA CAMA” Autoría: David Serrano. Elenco: Nicolás Vázquez, Gimena Accardi, Sofía Pachano, Benjamín Rojas, Francisco Ruiz Barlett y Sofía González Gil. Coreografía: Rubén Cuello. Escenografía: René Diviu. Diseño de luces: Manuel González Gil. Vestuario: Pablo Battaglia. Prensa: Martina Valía. Dirección de Producción: Lito Gras. Asistente de dirección: Juan Pablo Yacar. Producción Ejecutiva: Juanjo Ubiría. Coordinación de producción: Maximiliano Córdoba. Producción general: Javier Faroni. Dirección Musical: Martín Bianchedi. Dirección: Manuel González Gil. Teatro Municipal Coliseo Podestá. Ultimas funciones: hoy a las 21 y 23.

“El otro lado de la cama” es uno de esos contados espectáculos en los que el show comienza en la platea, bastante antes de que se abra el telón. Reina un clima festivo, de algarabía, casi de recital, en las salas que este elenco ha logrado colmar desde que estrenaron. Convocan a espectadores absolutamente dispuestos a divertirse y pasarla bien, habiendo superado ya los 200.000.

Si bien “El otro lado de la cama” es una comedia, en la que actores y actrices bailan y cantan en vivo, no es ésta una comedia musical, en el sentido estricto de la expresión. Hay una trama que vale por si misma, y canciones por todos conocidas, oportunamente entrelazadas a lo largo de la historia.

En términos actuales y mediáticos, el disparador es una “icardiada”. “Javier” (Nicolás Vázquez), en pareja con “Sonia” (Gimena Accardi), se acuesta con “Paula” (Sofía Pachano), pareja de su mejor amigo “Pedro” (Benjamín Rojas). Además de este cuarteto protagónico, hay otros personajes: un tachero canchero, con ínfulas de Don Juan (Francisco Ruiz Barlett), una actriz lesbiana amiga de Sonia, y una candidata de Pedro, con unos cuantos “tocs” (ambas a cargo de Sofía González Gil).

La energía que todos despliegan en el escenario es arrolladora, manteniendo un ritmo febril. Nico Vázquez es muy histriónico. Posee una gestualidad, un lenguaje corporal y una verborragia notables. Su personaje es cínico, retrógrado, fabulador, mitómano, y echa mano a todo tipo de ardides para ocultar su infidelidad. Gimena Accardi compone a una mujer “paz y amor”, muy componedora, hippie y “open mind”, diametralmente opuesta a su novio, pero no tan mansita ni sometida como aparenta. El “Pedro” de Benjamín Rojas es ingenuo, sensible, y aún conserva ciertos códigos, aunque a veces la tentación sea más fuerte y le gane la pulseada. Subrayamos este trabajo del actor platense, medido y verosímil, que habla de su madurez interpretativa. Sofía Pachano, en la piel de una “Paula” con voz de pito, es voluble, mandona, manipuladora, casi una nenita malcriada que hace berrinches. El gracioso tachero de Ruiz Barlett es un estereotipo muy reconocible. Sofía González Gil se desdobla con ductilidad en dos personajes contrapuestos.

Temas emblemáticos del rock & pop nacional (Charly García, Fito Páez, Andrés Calamaro, Soda Stereo, Fabiana Cantilo), reversionados, ilustran las sucesivas escenas.

Los dispositivos escenográficos, ingeniosamente funcionales, recrean con economía los distintos ambientas donde se desarrolla la acción. Igualmente funcional resulta el variado vestuario.

En la primera de las 5 funciones a sala llena en el Coliseo Podestá, el sonido no fue el mejor, y dificultó la clara comprensión de los diálogos. La iluminación tampoco fue óptima. Problemas técnicos fácilmente subsanables.

“El otro lado de la cama” logra holgadamente su objetivo: entretener y divertir con buenas armas.

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