Tras el planteo, el Defensor del Pueblo visitó el Zoo para comprobar el estado de “Pelusa”

El Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino, visitó el Jardín Zoológico de La Plata luego de que presentara un pedido de explicaciones sobre el estado de salud de la elefanta Pelusa. Invitado por el intendente de la Ciudad Julio Garro como respuesta a la inquietud plateada por el funcionario provincial, recorrió el predio y se interiorizó acerca de la evolución del animal alojado en el paseo del Bosque platense desde hace cincuenta años.

Según señalaron las autoridades del Zoo, Pelusa se encuentra bajo tratamiento veterinario para curar las heridas que son producto de su larga vida en cautiverio. Puntualmente, la elefanta padece una pododermatitis crónica (inflamación de la piel que en este caso se produjo en las patas traseras del paquidermo). A esta patología llegó el ejemplar por las limitaciones que le impone el encierro y las malas condiciones del suelo que pisa (con escombros y calcáreo.

A raíz de ese diagnóstico, se modificó el recinto de la elefanta, con la cobertura del suelo con una goma especial que se indica para estos casos. Además, se desarrolló un programa de estimulación psíquica y motivacional para lograr que Pelusa empiece a recuperar su estado físico y de ánimo.

Por su parte, el intendente Julio Garro destacó la presencia y el interés del Defensor del Pueblo y explicó que pese a la enfermedad crónica que el animal padece en sus patas, desde hace cuatro años, se encuentra evolucionando favorablemente.

“Pelusa se encuentra bajo un tratamiento veterinario que incluye una dieta especial, medicación para curar sus heridas y un programa de estimulación psíquica y motivacional, a través del cual se logró que empiece a recuperar su físico y fortalecer su estado de ánimo”, valoró.

A su vez, dijo que espera que el Concejo Deliberante sancione la ordenanza que permita reconvertir el Jardín Zoológico en un Bio Parque para el cuidado y la protección animal.

El Municipio mantiene su objetivo de trasladar a la elefanta a un santuario de animales situado en el Matto Grosso, Brasil. Es que se busca que el huésped más mimado del Zoo conviva con otros ejemplares de su especie.