El guerrero Celeste dice adiós

Meditó el retiro en silencio. Analizó la situación junto a su familia y tomó la decisión de decir ¡Basta! ¡Hasta acá llegué! Después de 12 años de vestir la camiseta de Villa San Carlos, el club de sus amores, el defensor Emiliano Córdoba le dice adiós al fútbol profesional. La despedida definitiva de las canchas será esta tarde (ver página 10), cuando se ponga por última vez la camiseta Celeste. Esa camiseta que vistió con orgullo durante más de una década y con la que consiguió los dos títulos más importantes de su historia: los ascensos a la B Metropolitana (2009) y a la B Nacional (2013).

“Sí, realmente fueron muchos años de compartir cosas muy lindas en este club al que amo. Mañana (por hoy) será un día especial porque pisaré un campo de juego por última vez. Se me vienen encima muchísimas sensaciones, pues en todos estos años tuve el privilegio de representar a San Carlos y de compartir el vestuario con grandes personas que me marcaron en la vida. Tengo la misma ansiedad que cuando debuté allá en 2005”, expresó Emiliano Córdoba.

REFERENTE DE UN EQUIPO HISTORICO

El defensor, que se ganó el mote de “histórico”, junto a los hermanos Raverta y su primo Federico Slezazk, sabe que todo el “Mundo Villero” estará a su lado esta tarde para despedirlo como un verdadero ídolo. “Uno, para lo que es la vida, está vigente, pero terminar con algo que lo empezó desde muy chico se hace difícil. La persona que se dedica al fútbol, le dedica gran parte de su vida. Por ahí se hace complicado tomar una decisión. Pero no me tomó de sorpresa porque la fui meditando con el tiempo. Hoy por hoy me encuentro en un momento familiar muy fuerte, pero todo fue consensuado con mi esposa. ¿Los motivos? Todo tiene su ciclo. Ya tengo 35 años y en los últimos torneos no he tenido la continuidad suficiente debido a una serie de lesiones que me sacaron tiempo de trabajo (padece hernia de disco). Pero es una decisión que ya estaba tomada. En cuanto a los logros deportivos, creo que los dos ascensos me marcaron a fuego como jugador. Haber conseguido esos éxitos fue algo histórico para la institución, que se recordará por siempre. Subir a la B Nacional fue un salto muy brusco. Esos campeonatos, incluyendo el de la B Metropolitana, le dieron otra jerarquía a San Carlos. Jugadores de renombre aceptaron venir a jugar. Otros fueron vendidos, cosa que no sucedía habitualmente. Llegaron sponsors importantes, se reestructuró la cancha, el estadio. Se obtuvo un prestigio mayúsculo. Hoy San Carlos tiene un nombre y un reconocimiento por todo lo bueno que hizo en los últimos años, ya sea en lo deportivo como en lo institucional”.

Córdoba, que jugó más de 360 partidos en la primera división de San Carlos, con tres goles, enfatizó que “creo que es el momento oportuno decir adiós. Y en este tiempo, hubo varias cosas que me marcaron. Tal vez sería un poco injusto olvidarme de algunas, pero la tranquilidad y simpleza de Ricardo Rezza y de Miguel Restelli fueron cuestiones que me marcaron muy fuerte. Ellos nos transmitieron la tranquilidad necesaria para poder sacar adelante el campeonato. Fueron dos maestros para mí”.